¿Quién está a cargo?

Adriana Marín Martín: ¿Quién está a cargo?.

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Cuando hablamos de emociones nos encontramos frente al inmenso mundo del autodescubrimiento, y aunque es cierto que al conocerlas logramos acercarnos cada vez un poco más a la plenitud y realización personal, el control sobre las emociones no siempre se alcanza. Sin embargo, la gestión emocional es fundamental para aprender y desarrollar la facultad de que no sean ellas (las emociones) las que terminen por dominarnos.

Con bastante frecuencia intentamos abordar este tema como si de una lucha se tratara, y no hay nada más errado, pues para alcanzar el autodescubrimiento y el autoconocimiento primero hay que comprender las emociones, cómo funcionan, las implicaciones y cambios que generan, para después regularlas, más allá de las sensaciones que presenten.

Hacernos cargo de nuestras emociones es una gran responsabilidad, es algo que nos debemos, ya que no se trata sólo de reconocerlas, sino también de comprenderlas, gestionarlas y utilizarlas de manera provechosa.

Parece algo complicado lograr esa misión, lo cierto es que mientras más lo practicas, más fácil será la siguiente vez, hay que recordar que el cerebro aprende mejor cuando se expone de manera repetida a cierta idea, y el tema de las emociones no deja de verse ligado a la cuestión mental.

El objetivo es alcanzar el éxito emocional, y la realidad es que para ello es necesario saber quién eres, cuál es tu propósito de vida y de qué manera te ves afectado o beneficiado mientras buscas alcanzarlo. Es una verdadera sintonía que debes conseguir entre tus sentimientos más profundos, tus pensamientos y acciones.

Seguramente puede surgir la interrogante ¿cómo puedo hacerme cargo de esa habilidad?, la primera respuesta, según los expertos y especialistas, es el autoconocimiento, pero de un modo muy profundo, debes darte permiso de explorar dentro de ti, sin juicios ni temores, para ver claramente qué hay en tu interior (alegrías, miedos, tristezas, esperanzas, etc.), al darte la oportunidad de sentir cada emoción, sin poner obstáculos ni reprimirte, te conocerás mejor.

La Dra. Kelly Rabenstein, psicóloga especializada en Relaciones Interpersonales, dice en su libro “Secretos para la inteligencia emocional” que: “todos podemos indagar un poco más profundo. Aprende a conocer los rincones de ti mismo y arroja un poco de luz en donde quizá no hayas explorado antes. Existe un universo en tu interior y si no puedes profundizar en él, entonces tu crecimiento habrá terminado”.

Una vez que te has sumergido en tus propias emociones, debes aprender a manejar tus impulsos y reacciones de manera consciente. Se trata del famoso cuenta hasta diez, o respira hondo cuando sientas que la ira o la frustración amenazan con desbordarte.

Es simplemente reconocer tus imperfecciones, aceptarlas, pero trabajar en ti mismo para mejorarlas, permítete el perdón cuando te equivoques, recordándote a ti mismo que eres humano y mereces compasión.

Invierte un tiempo cada día para reflexionar sobre tus experiencias y emociones vividas, no olvides que hacerte cargo de lo que sientes y piensas es un acto de amor propio, y que al final, la gestión de ti mismo es el mejor camino para una vida plena y significativa. Recuerda, tú eres el que está a cargo. 

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