Elecciones 2024
|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

“Hay jóvenes viejos y viejos jóvenes”, expresó entre risas la maestra Silvia Ester Interian Espadas, durante la conversación que sostuvimos en el edificio CEDE Inalámbrica de la SEGEY, donde pude constatar su vitalidad y convicción por la enseñanza. Como parte de sus experiencias educativas, la maestra, originaria de Sacalum, me compartió sobre su vocación y la pasión que siente por la lectura y la travesía que le ha representado la jubilación.

Hoy en día, es una mujer comprometida con la gestión cultural y las raíces de su identidad maya, pues uno de sus motivos es impulsar a su comunidad, de la cual se siente orgullosa. Contagiar el gusto por la lectura es su motor, pues considera que es una vía para transformar las mentes, no sólo de la infancia, sino de toda una población. A continuación, comparto la conversación que sostuve con la maestra Silvia Ester.

-Maestra, ¿podría compartirnos un poco sobre sus inicios en el magisterio?

Egresé en 1980 de la Escuela Normal Particular Trabajo Social de Jubilados en la ciudad de Mérida, donde aprendí a amar mi profesión. Inicié mis labores en Oaxaca, en la región de Tuxtepec, donde laboré por 6 años, posteriormente me dirigí a El Cuyo, Yucatán, en 1988. Después arribé a la localidad de Yaxhachén, en el municipio de Oxkutzcab. Una comunidad maya en el cono sur donde mi dominio de la maya fue indispensable para interactuar con los estudiantes y padres de familia. Luego me enviaron año y medio a las parcelas de Akil, para finalmente establecerme en Cooperativa Emiliano Zapata (Oxkutzcab), durante 24 años. En esta población experimenté mi pasión por la docencia en todo su esplendor, además de ser maestra me convertí en artista, cocinera, bailarina e inicié mi fantástico viaje por la lectura.

-La vocación docente es algo que se cultiva todos los días en el aula, ¿qué significa para usted?

Siempre tuve inquietud docente, ser maestro o maestra de vocación es ocuparte del crecimiento académico y personal de los niños y niñas. Ser docente es aceptar un constante aprendizaje, estar actualizado, no podemos quedarnos estáticos en un mundo que está en vertiginoso cambio; la vocación del docente es indispensable, solamente de esta manera podemos hacer que una comunidad o un alumno crezca.

-Maestra, la jubilación suele comprenderse como concluir con un ciclo profesional, ¿cómo ha sido para usted esta etapa?

Me jubilé en el 2014 y fue algo que me entristeció mucho, una circunstancia de salud de mi madre me orilló a tomar esa decisión. Mi vocación es algo que me llena y satisface, por lo que siempre he amado estar en la escuela y enseñar a los niños y niñas. Fueron 34 años de servicio magisterial y sentí que no fue nada, yo no percibí el peso y cansancio, porque realmente amaba mi profesión. Viajé todos esos años de Sacalum a Cooperativa, diariamente me levantaba a las 4:30 am para recorrer 80 km.

La vida no termina con la jubilación, se cumple un ciclo, pero se puede iniciar otro. Espero que los docentes jubilados puedan brindar su servicio a favor de la promoción de la lectura. Después de jubilarme seguía teniendo vitalidad y fuerza para continuar, la actitud y ser positiva hace la diferencia, por lo que me integré al Programa de Salas de Lectura de Sedeculta, donde he aprendido estrategias de fomento y animación lectora. Así nació en 2015 “Koox Xook”, mi Sala de Lectura ubicada en Sacalum. (Continuará).

Lo más leído

skeleton





skeleton