Violencia escolar y lectura: creando territorios de paz (II)

Arline Bojórquez: Violencia escolar y lectura: creando territorios de paz (II).

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A continuación presento la segunda parte de la entrevista que sostuve con el maestro en intervención de la violencia Raúl Lara Quevedo, quien es académico de la Uady y un destacado promotor de la lectura:

Ante los contextos de violencia que vivimos , ¿cómo generar en las y los estudiantes espacios más seguros de sana convivencia desde la lectura?

La meta principal del fomento y activación lectora es humanizar los procesos de convivencia. Como profesor me he percatado que cada día hay menos referencias de comunicación entre los estudiantes y sus tutores, lo que se traduce en una falta de validación y de autoestima, de igual manera cada día vivimos más situaciones de violencia pero parece que tenemos la mirada entumida, no nos percatamos de que estamos viviendo un momento complejo, invisibilizamos las violencias actuales, no las nombramos y la lectura permite acercar al individuo a estas realidades y reflexionar desde la ficción.

La lectura es una herramienta fundamental que permite sensibilizar a los jóvenes, por medio de la palabra y de la narración de historias me permito llegar a los estudiantes, tocar situaciones que están viviendo, representar de manera paralela sus experiencias y conversar sobre ello. En estos tiempos nos hace falta empatizar, nos sentimos solos y solas en multitud, necesitamos la certeza de que alguien está atravesando, o pasó o puede pasar por algo que yo estoy viviendo hoy, necesitan esos puntos de referencia. Y la lectura justamente eso nos brinda, el reflejo y un rebote de las realidades actuales, desde el pretexto de la lectura mi meta en toda conferencia es que el usuario aprenda algo de sí mismo, que conecte con sus emociones, con su historia y experiencia personal, la cual permita el diálogo y reflexión del mundo que habitamos.

¿Qué estrategias lectoras recomiendas a los docentes para trabajar situaciones de violencia?

Hay que descolonizar los procesos lectores, persiste una mirada colonial al proceso de lectura, es decir, “leer libros en castellano o de ciertos autores”, pero me he percatado que cuando le llegas al estudiante con un lenguaje común, te interesas en su contexto, vinculas la narración de la lectura a su entorno actual, le devuelves el protagonismo al estudiante y a su historia,entonces generamos empatía. Las y los jóvenes observan las dinámicas de diálogo del docente, de igual manera se dan cuenta que pueden utilizar los contextos de las narraciones para resolver conflictos, un ejemplo de ello es cuando narro “El ruiseñor y la rosa”, de Oscar Wilde, al finalizar, los estudiantes se dan cuenta de que hace falta el diálogo entre los personajes, que no se valoró el esfuerzo de cada personaje y, finalmente, la importancia de valorar lo que se tiene alrededor. Es valioso escuchar sus historias, porque conectan con sus recuerdos y memoria.

Johan Galtun y Pierre Bourdieu afirman que la violencia viene de la naturalización e invisibilización, y como un símbolo cultural que es entendido y reproducido. Si llegamos a las y los estudiantes explicando este entorno complejo que vivimos difícilmente empatizan pero si abordamos el tema desde la lectura o la narración y utilizamos estrategias de sensibilización, conectaremos con los alumnos desde un lenguaje común, entonces veremos a usuarios interesados e involucrados en el tema. En este sentido, platicar de los textos, mostrarles dinámicas de diálogo desde la docencia es una herramienta de réplica. (Continuará)

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