Seres sentipensantes
Arline Bojórquez: Seres sentipensantes.
En palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano, los seres sentipensantes son aquellos que encuentran un equilibrio entre el sentir y el pensar, algo que se dice fácil y parece serlo, pero no siempre es así, la realidad es que a lo largo de nuestra existencia vamos acumulando experiencias -algunas de ellas con eventos traumáticos- que nos van fragmentando, lo que conlleva a una desconexión del cuerpo y de las emociones. En este sentido, prácticamente sobrevivimos con la razón, es decir, con nuestra parte cognitiva.
Entonces nos convertimos en seres humanos disociados, con una separación de las partes que conforman nuestro ser, transcurriendo la vida únicamente con la mente y silenciando lo que ocurre del cuello para abajo, y es así como surgen nuestros dolores físicos o los trastornos de la personalidad. Cuando hemos reprimido por tantos años nuestras emociones, cuando no le hemos dado voz a lo que habita en el cuerpo -porque ignoramos cómo hacerlo- entonces somatizamos enfermedades, y puede surgir el narcisismo, la sociopatía o psicopatía, entre otros.
Como mecanismo de defensa la mente protege al cuerpo de sentir emociones vulnerables, de palpar el dolor, por lo que cubre esta necesidad con la intelectualidad, con datos, con más información e investigación, lo que nos aleja de nuestro mundo interior y nos hace ser menos conscientes de nuestras necesidades internas, de aquellas emociones enterradas, no procesadas e ignoradas. Es como si anuláramos todo lo que ha atravesado nuestro cuerpo a lo largo de la vida, de las emociones que lo han habitado desde su nacimiento.
El doctor Gabor Maté propone un camino de reconexión emocional con un enfoque holístico y compasivo, el cual consiste en la comprensión profunda de nuestras heridas emocionales, en una exploración de los eventos traumáticos de nuestra historia personal que nos lleva a la transformación del sufrimiento, resignificando los sucesos dolorosos de la vida y conectando con nuestro ser más auténtico.
Para convertirnos en seres sentipensantes se requiere una danza entre el mundo emocional y el mundo cognitivo, buscar la conexión con nuestras emociones más profundas y vulnerables, pues éstas guardan información de vivencias pasadas. Las circunstancias del presente que nos avivan ciertas emociones, en realidad son una oportunidad para contactar con aquellas emociones que han sido encapsuladas en el pasado. Al permitirnos sentir, experimentar y elaborar la interioridad lleva al cuerpo a liberar las tensiones guardadas, dando paso a una reorganización e integración de las emociones y sensaciones.
Es un trabajo psicoterapéutico personal que requiere de acompañamiento profesional, con un enfoque multidisciplinario, se necesita tiempo, compasión, paciencia y empatía para transitar el camino de la sanación. Para recuperarnos necesitamos una mayor consciencia corporal y emocional que nos acerque al bienestar y a la conexión con nuestro verdadero ser.