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En el mundo espiritual llaman “noche oscura del alma” cuando ciertas circunstancias de la vida que consideramos difíciles nos llevan a tocar fondo, donde no encontramos una salida y quizás se siente una acorralada, desesperada sin ver posibles soluciones, y no queda otra opción que atravesar la situación y rendirnos ante el suceso.

En medio de la oscuridad, lo doloroso e incómodo de ese momento -donde nos embarga la tristeza, decepción o frustración- surge algún reflejo del alma, una voz en tu interior que susurra delicadamente; tu intuición. Es el gran espíritu haciéndose presente, tus sombras revelando una parte de ti, anuncian que ha llegado el momento de liberarlas y transformarlas. El ego herido y destruido se ve obligado a soltar parte de él para poder dar paso a la reconstrucción, es ahí donde nos enfrentamos a una identidad resquebrajada, vencida, añeja, que justamente marca el inicio de una nueva versión de ella.

Fue San Juan de la Cruz quien, en 1576, escribió el poema místico “Noche oscura”, en el cual parece reflejar una historia de amor, pero que a profundidad nos deja ver que cuando el alma transita por el sufrimiento se conecta con lo divino, con el despertar espiritual. Un despertar que te incita a mirarte, escucharte, a descubrir lo que existe dentro de ti y conectar con lo más profundo de tu ser.

La “noche oscura del alma” es una invitación a sanarte, a reinventarte, a navegar las capas de condicionamiento que se adquirieron en la infancia, a dejar la postura de víctima, a asumir el dolor de tus traumas o heridas de la infancia; un episodio donde muere una parte de ti, pero a la vez permite tu renacimiento. Puedes ignorar el llamado pagando el precio de ello o asumir el valor de sentir y cambiar, ambas decisiones son dolorosas, y con esto recuerdo unas palabras del doctor Gabor Maté, quien nos dice: “puedes elegir el dolor de suprimirte a ti mismo o elegir el dolor de ser tú mismo”. Ambas opciones son desafiantes.

En psicología llamamos introyectos a todo aquello que hemos absorbido en la vida sin digerir ni cuestionar, sean pensamientos, emociones comportamientos o maneras de relacionarnos que forman parte de nosotros y con los cuales nos desenvolvemos día a día. Las llamadas creencias limitantes con las que vemos el mundo, esa visión que necesita renovarse porque no es congruente con tu Yo del futuro, el despertar espiritual es justamente un llamado a actualizar las creencias limitantes que nos impiden progresar.

Para la psicóloga norteamericana Nicole Lepera, el despertar espiritual no está dirigido únicamente a monjes, místicos o poetas, sino para todas las personas que desean cambiar y sanarse, su “noche oscura del alma” la ha llevado a enfrentar lo que llevaba años evitando: sentimientos sin resolver profundamente arraigados. Nos deja entrever que dentro de la oscuridad siempre existe la luz, siempre y cuando así lo elijas.

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