Vive el aquí y el ahora

Aurora Álvarez de Vega: Vive el aquí y el ahora.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Parecería absurda la frase “vive la vida en el aquí y en el ahora”. En realidad, no hay otra manera de vivirla, pero lo importante de esta frase y de su difusión es que hagamos conciencia de que nuestra vida se vive en el hoy y que todos los esfuerzos de nuestra mente por tratar de controlar el futuro o de cambiar el pasado son inútiles.

Pero por loco que parezca, mucha gente no puede parar de hacerlo y así viven su vida amargados por rencores despertados hace muchos años o no viven el momento por estar pensando qué les puede traer el futuro, qué desgracias vendrán y cómo podrán evitarlas.

Parece que pensamos que si pronosticamos desgracias futuras éstas no nos sucederán o al menos estaremos mejor preparados para ellas; la realidad es que uno no puede estar preparado para enfrentarlas cuando suceden; por más que hayamos pronosticado fatalidades, siempre nos agarran por sorpresa y generalmente las enfrentan mejor aquellos que viven la vida tratando de aceptar las circunstancias, las que han aprendido a encontrar siempre algo que agradecer, las que viven el presente, no los que viven por adelantado cientos de desgracias imaginarias que tal vez nunca les sucedan.

De la misma manera, cuando decimos que “tienes que atreverte a ser tú mismo”, parecería imposible no serlo, pero muchas veces no nos permitimos ser por miedo a no ser aceptados, por temor al rechazo, y no nos damos cuenta de que así vivimos nuestro propio rechazo y es así como nos quedamos más solos aunque estemos rodeados de gente.

Ser auténtico requiere de decisión y valentía, de conocimiento y aceptación. Esto no quiere decir que renuncies a ser mejor o a cambiar, pero para empezar cualquier cambio primero debes de conocerte y a partir de este conocimiento puedes empezar a hacerlo; pero cambiar para ser quien yo quiero llegar a ser y no influenciado por la aceptación del grupo al que quiero pertenecer.

Todos tenemos defectos, cosas de nuestro carácter que queremos cambiar, pero el secreto está en no convertirnos en victimas de nuestros defectos. La oración de la serenidad nos dice: “Dios, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia”.

Esta es una oración que deberíamos decirnos constantemente, sobre todo cuando queremos locamente cambiar el pasado. Por mucho que nos haya lastimado, nadie puede cambiar el pasado, necesitamos serenidad para aceptarlo y mucho perdón para dejarlo atrás y enfrentar nuestro presente con felicidad; así es con nuestros defectos de carácter, es muy difícil cambiarlos, pero podemos modelarlos, aprender a vivir con ellos, sacar ventaja de ellos y modificarlos cuando nos sea posible.

En este punto de la aceptación tenemos mucho por trabajar, porque parece que siempre queremos enfrentar las cosas con valor y cambiarlas, pero en ocasiones esa posibilidad no está en nuestras manos, a veces no podemos cambiarnos a nosotros mismos y es imposible hacer que los demás cambien según nuestra dirección.

Las redes sociales nos presentan hoy una posibilidad muy fácil de escapar de nuestra realidad o de pretender escapar, porque a través de una pantalla podemos decir que tenemos otra edad, otro peso, otra constitución, pero al escapar de nuestra realidad, al crear un mundo alternativo, sólo encontramos frustración y soledad porque nos sentimos cada vez más rechazados, ya que ni nosotros pudimos aceptarnos.

Lo importante de nuestra individualidad es eso, que nos hace únicos, auténticos, y este es el cambio que debemos buscar, el que nos lleva a la aceptación propia y de los demás, el que nos permite entender que otros tengan ideas diferentes y nos permita aprender de la riqueza de la diversidad.

Un mundo en el que no nos den vergüenza nuestras debilidades, si no que aprendamos la lección que tienen que darnos. Una sociedad que viva en el hoy, que no guarde rencor, que no esté fabricando escenarios de futuro, sino que acepte el presente y aprenda a convivir en la diversidad sabiendo que ésta enriquece nuestra convivencia y en la que con valor cada individuo se atreva a ser él mismo.

Lo más leído

skeleton





skeleton