|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hemos sido educados para pensar que el amor es algo que encontraremos y nos completará, que algo o alguien llegará a nuestra vida y le dará sentido, cuando en realidad el amor siempre nos acompaña, está en nosotros.

Esto nos ha hecho sobrevaluar el amor y la aceptación que nos llegan de fuera, vivimos con miedo de perderlo, de que nos lo puedan quitar, y por eso hacemos a un lado lo que en verdad sentimos o lo que en verdad queremos en busca de una aprobación exterior, de un amor que, aunque reconfortante de adquirir, no debe ser la base de nuestra búsqueda.

En medio del dolor y la confusión que vivimos, en ocasiones sentimos soledad o abandono, pero en el fondo de este sentimiento nos damos cuenta de que en realidad siempre tenemos la opción de escoger el amor a nosotros mismos; sentimos miedo de decidir aceptarnos y seguir nuestra intuición porque creemos que perderemos algo al no complacer a nuestro entorno, pero en realidad estamos eligiendo no perdernos a nosotros mismos, no hacer crecer nuestra sombra que se alimenta de nuestra negación y miedo.

Debemos de vivir en el presente olvidando el sentimiento de pérdida y abandono que viene de nuestro pasado y olvidando también el miedo que nos viene de pensar en el futuro.

Aprender a aceptarnos no es fácil, nuestro ego querrá aferrarse al pasado, a lo que conoce, a lo que cree le ha funcionado, pero debemos dejar aflorar los sentimientos que nos enseñaron a considerar negativos, porque estos sentimientos quieren enseñarnos algo acerca de nosotros mismos, quieren ayudarnos a crecer, a salir de nuestra zona de confort y a enfrentar quiénes somos realmente.

El sentir miedo, angustia, envidia, enojo, no es malo, al contrario, es indicativo de que no nos estamos escuchando, de que no estamos construyendo nuestro verdadero ser, sino que estamos escuchando a las leyes exteriores que rigen nuestra vida; es señal de que no nos estamos alineando con nuestro verdadero ser.

Debemos aprender a escuchar nuestros sentimientos y a sanarlos, no a negarlos o esconderlos, no avergonzarnos de sentirlos. Debemos estudiarlos y aprender de ellos para poder superarlos. Debemos enfrentarnos a la sombra que hemos construido después de años de negar lo que sentimos, de construir al ser que creímos que los demás aceptarían, esa sombra que en ocasiones se proyecta sobre nosotros y nos pesa tanto que nos produce insatisfacción.

Estamos acostumbrados a esconder nuestros miedos, a negarlos incluso ante nosotros mismos pues los consideramos debilidad, porque si los demás los ven pueden usarlo en contra nuestra, y este mismo miedo a tener miedo nos ata y no nos deja vivir.

Por miedo a morir frenamos nuestra vida; por miedo a ser heridos formamos una coraza alrededor de nuestro corazón que nos evita sentir; en fin, por miedo a no encontrar la felicidad vivimos un camino de insatisfacción y tristezas, sin darnos cuenta que nos negamos la oportunidad de caminar ligeros, de vivir, de sentir, de gozar.

El miedo nos impide ver lo que nos estamos perdiendo, aceptamos nuestra realidad construida a nuestro alrededor por temor a lo que llegará, y entonces dejamos de gozar lo real, lo que sentimos tratando de protegernos de un mañana que no estamos seguros de cómo será.

La felicidad, la alegría y la paz llegarán cuando nos atrevamos a abrazar la vida y aceptarnos a nosotros mismos; cuando nos permitamos vivir el momento sin protegernos de un futuro que no conocemos; cuando entendamos que vivir es un arte que consiste en varios colores, en luces y sombras, y dejemos que nuestro corazón viva el presente con todas sus caóticas posibilidades.

Lo más leído

skeleton





skeleton