|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Constantemente escucho que la gente debería aprender a decir “NO” y me pregunto por qué este conocimiento les parece tan importante a todos. Creo que la perspectiva debe ser diferente y que todo debemos más bien aprender a decir “SÍ”

Vamos por la vida diciéndonos que no a cada paso, y por eso no estudiamos la carrera que nos apasiona porque no es la adecuada; no tenemos a los amigos que nos divierten porque no son los aconsejables; no comemos lo que se nos antoja porque tiene muchas calorías o porque tapa las arterias; le decimos no a cuidarnos, a comprometernos con nuestra salud, no nos reímos porque no es el lugar y el momento apropiado y vamos llenando nuestro espíritu de frustraciones, de sueños sin cumplir, de vida sin vivir.

El objetivo no debe ser saber decir que no, sino aprender a decir sí a la felicidad, al amor propio, a una vida saludable, a unas amistades divertidas, sí a equivocarte y sí a comenzar de nuevo.

Todos los días debemos decir sí a nosotros mismos y a nuestros sueños; sí a ayudar a los demás, a vivir una vida más apegada a la tierra y a lo natural, a nuestros instintos. Si aprendemos a decir que no, seguramente negaremos lo que en realidad necesitamos y queremos, dejaremos de escucharnos a nosotros por escuchar a los demás. Creemos que el no debe regir nuestras vidas cuando en realidad debe ser el sí.

El amor, el entusiasmo y la actitud positiva, todos estos son los sí que debemos dar en la vida. El sí nos genera un compromiso con las cosas, una responsabilidad, nos involucra con los resultados. El no sólo niega, aparta, aísla. El sí nos permite sumar, crear, comprometernos; significa que creemos en algo, que tenemos fe, que estamos dispuestos a trabajar para lograrlo, que aceptamos el compromiso. Un sí con responsabilidad nos acerca a nuestra realización.

El consejo de aprender a decir no, casi siempre se refiere al miedo de ser explotados, de que la gente abuse de nuestra disposición, de acabar haciendo cosas que no queremos hacer por miedo a no ser aceptados. Pero esto plantea un panorama pesimista, vemos a todos los que nos piden un favor como posibles abusadores, como ladrones de nuestro tiempo. Debemos aprender a seleccionar nuestros compromisos, pero no rehuirlos. No puede ser que por miedo a que nos roben nuestro tiempo terminemos no compartiéndolo con los demás, no disfrutando del placer de ayudar, de aprender, de hacer cosas nuevas. De hacer a un lado sólo nuestras necesidades y ver un poco al otro, al que necesita de nosotros, al que podemos ayudar y apoyar. El sí te compromete, pero a cambio te da satisfacción, te ayuda a crecer, le da sentido a la vida.

El sí te deja conocer nuevos lugares, nuevas personas, actividades diferentes. Tomemos la decisión de decirle sí a la vida, al amor, a la compasión, a ayudar, a divertirse a disfrutar, a abrir nuestro corazón y tener confianza en los demás, a verlos sin miedo. Sí al tiempo en soledad, a la introspección, a la oración. Sí a compartir, a lograr, a permitirnos y a soñar.

Lo más leído

skeleton





skeleton