El canal Prime de la tienda virtual Amazon presenta un documental que parece irónico, ya que esta compañía es la tienda virtual más grande del mundo, pues un porcentaje altísimo de las operaciones y el consumo que se realiza diariamente en el mundo se hace a través de esta plataforma, que acerca al consumidor casi cualquier cosa de cualquier lugar del mundo. Y digo que parece irónico porque el documental es un estudio de lo que el consumo en abundancia ha hecho con la sociedad.

Una fotógrafa de National Geografic, Laureen Greenfield, que ha realizado muchos documentales sobre diferentes culturas y diversos problemas sociales y que ha seguido a los ricos y famosos por más de 25 años, se dio cuenta de que el común denominador de las personas que ha entrevistado –no importa cuán ricas o cuántas posesiones tengan– es que cada vez quieren más. Así que la solución no puede estar en conseguir más, porque al final nunca es suficiente.

Cuando comenzaba su carrera hizo un documental sobre cómo vivía la juventud en Los Ángeles, con excesos y dedicada por competo a la imagen, a la belleza exterior y al despilfarro y al hedonismo.

Ella misma sufrió esto al ser de clase media, pero tras estudiar en un colegio muy caro gracias al esfuerzo de sus papás. Así que hizo un documental en el que aparecían las costumbres de la reina del baile, del jugador de futbol del año, del baterista; casi todos hijos de gente adinerada para los que el dinero era cosa fácil, y en algunos casos chicas guapas que lograban su pase de entrada a este mundo gracias a su físico.

En ese primer documental, ella sólo expuso el tipo de vida, no fue juez ni crítica, simplemente mostró la manera en que estos chicos vivían. Al paso de los años trató de contactar a algunos, pocos de ellos seguían viviendo de la misma forma, la mayoría hablaba del terrible vacío que hubo en su infancia y adolescencia, de cómo quisieron tapar con fiestas, alcohol y droga los huecos enormes que la ausencia de sus padres les causaba, tuvieron todo menos lo que un niño realmente necesita: el tiempo, el amor y la compañía de sus padres.

Padres desesperados por conseguirlo todo, por lograr el sueño americano, por adquirir todas las novedades tecnológicas, persiguiendo la belleza y el estatus, creyendo que esto haría felices a sus hijos. En el fondo siempre está el amor, pero equivocaron los valores, les dieron cosas y no tiempo.

En otro documental, Laureen Greenfield presentó a los americanos que construyeron la casa más grande del mundo; una vez más, sólo presentaba los hechos: una enorme mansión llena de cuartos, de espacios, de lujo, una familia que equivocó sus valores, creyendo que una casa grande les daría satisfacción. Al caer la bolsa de valores y desplomarse el sistema bancario, les pasó lo mismo que a miles de estadunidenses: debían su casa y la perdieron. Toda la vida de lujos que habían soñado y vivido se desvaneció en un segundo y con ella sus “amigos”, se quedaron solos con sus cirugías, sus sueños y muchas deudas encima.

Otro caso de excesos es el de las cirugías plásticas. La tecnología y diversos factores han logrado que estén al alcance de todos y esto nos ha dado un nuevo campo para la insatisfacción.

El sueño americano incluye un físico perfecto, una juventud eterna, y en este documental se ve claramente cómo algunas madres han dejado a sus hijos sin dinero para la colegiatura o para comer por realizarse una cirugía plástica, los han dejado al cuidado de los abuelos por dedicarse por entero a su belleza, pero al pasar de los años y ver los resultados se dan cuenta que nunca estarán satisfechas con su imagen y que sacrificaron mucho en el proceso.

Sin duda, vale la pena verlo, “La generación de la abundancia”, “GenerationWealth”, en dos sentidos se ha generado una abundancia ficticia de productos materiales y hay toda una generación llena de huecos e insatisfacción por haber corrido tras la zanahoria equivocada, verlo y reflexionar para lograr un cambio en nuestro estilo de vida y en nuestros valores.