Diversión bajo la tierra: “La cascada”

Carlos Evia Cervantes: Diversión bajo la tierra: “La cascada”.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hace ya muchas décadas existía en Mérida un centro nocturno conocido como “La cascada”, ubicado en el circuito interior con el entronque de la Avenida Itzáes. En febrero de 2002, el Grupo Espeleológico Ajau, que por encargo del Ayuntamiento de esta ciudad hacía el registro de cenotes, llegó a este antiguo bar y fue atendido por el señor Luis Augusto Sánchez Perera, encargado del lugar y quien proporcionó la información de esta cavidad.

Primero aclaró que el sitio ya no funcionaba como un centro nocturno y luego afirmó que conoció este cenote en 1947 y, desde entonces, ya tenía la infraestructura que observábamos. Posteriormente corroboró que allí había un cenote llamado Sambulá, motivo de nuestra visita.

Notamos que, en el borde de la cavidad, había un muro de mampostería, construido quizá por razones de seguridad. El área del cenote había sido acondicionada de tal manera que se convirtió en una extensión del centro nocturno que funcionaba sobre la superficie. En sus buenos tiempos, en esa parte subterránea del inmueble se colocaron mesas y sillas, junto al cenote para la comodidad de los clientes. Dijo Sánchez Perera que el servicio se pedía desde abajo por medio de una bocina. Entonces las bebidas y botanas se enviaban en un recipiente atado a una cuerda que bajaba a través del  pozo ubicado casi en el centro de la bóveda.

Nuestro informante comentó que hace muchos años la gente del rumbo entraba al cenote para divertirse por un módico pago de 10 pesos. Luis Augusto nos confió que había un servicio especial: el cenote se rentaba a parejas para su disfrute exclusivo, es decir, los dejaban solos y cuidaban que nadie los interrumpiera.

Si consideramos el tiempo de funcionamiento diurno y nocturno del bar, los baños de cenote, las visitas ocasionales y la renta a parejas, esto haría pensar que el lugar estaba abierto casi las 24 horas del día, pues definitivamente era un buen negocio.

Por otra parte, Sánchez Perera dijo que en cierta ocasión “La cascada” recibió la visita del famoso cantante tabasqueño Chico Ché. Agregó que todo esto sucedía a pesar de que en esos tiempos en Mérida había muchos centros de diversión y gracias a la tolerancia de las autoridades. Añadió que él nació hace 55 años por este rumbo y por eso sabe con certeza toda la historia del lugar. Que antes de la “La cascada” el sitio era una cantina y se llamaba “El Cenote Sambulá”. Posteriormente se convirtió en el centro nocturno.

Quienes conocimos este lugar en sus buenos tiempos podemos afirmar que los fines de semana eran extraordinarios por su gran afluencia y buen ambiente. Todo desapareció. Actualmente el área está ocupada por unos grandes y modernos edificios, pero “La cascada” se quedó para siempre en nuestra memoria.

Lo más leído

skeleton





skeleton