La casa del Kulkalkin
Carlos Evia Cervantes: La casa del Kulkalkin.
En la mitología yucateca hay un relato acerca de un monje sin cabeza el cual ya ha sido descrito en este espacio. Este personaje mítico ha sido vinculado con un lugar real y específico de la ciudad de Mérida. El periodista Luis Alpuche Escalante escribió un interesante reportaje sobre la casa del Kulkalkin.
Alpuche dijo que el predio en cuestión se ubica en la calle 64, en el tramo de la 71 y 73, en el barrio de San Juan, en su fachada hay una placa en la que se consigna que el edificio es Patrimonio de la Nación. Sobre esa propiedad está colocada una figura de piedra que representa a un monje sin cabeza enmarcada en un pequeño arco. La calle mencionada era la antigua vía de salida hacia Campeche y también pasaba por el cementerio meridano.
Nadie sabe con certeza cuando fue colocado este personaje de piedra o porqué, continúa Alpuche. Hay varias hipótesis que han intentado dar razón de su historia. Oswaldo Baqueiro Anduze, en su “Geografía Sentimental de Mérida”, escrita en 1937, dice que se trata de la imagen de San Antonio, pero, que, una bala de cañón la decapitó durante la guerra del Imperio y le quitó al niño que sostenía con una mano. Otros vecinos mencionaron que la estatua simboliza a un alma en pena que por las noches abandona su pequeño arco, se va hacia lugares desconocidos saltando azoteas y el ruido de sus pasos sobre los techos de las casas espanta a los vecinos. Hace algunos años, mucha gente se persignaba cuando pasaba por este tramo y otros incluso rezaban un “Padre Nuestro” para que esta pobre alma descansara en paz.
Alpuche entrevistó a la señora Wilma Gasca Carrillo, quien ha vivido más de 60 años en esta calle y que incluso vivió en la casa del Kulkalkin. Ella expresó que hace mucho tiempo se contaba que dicho predio era parte de un convento franciscano. Pero, en una época pasada, hubo una persecución contra los frailes y que se decapitó a muchos. Además comentó que, en la casa contigua, había pasadizos subterráneos que conducían a la iglesia de San Juan, al templo de la Candelaria, al de Monjas y de ahí a la Catedral, comentó la entrevistada. Doña Wilma aseguró que la figura de piedra colocada arriba del predio es un fraile, un franciscano a quien le quitaron la cabeza, carece de una mano y en la otra tiene una paloma.
En estos tiempos, la casa del mítico Kulkalkin no parece ser parte del Patrimonio de la Nación, pues sus techos y paredes están derruidos, la fachada muy deteriorada y la figura de piedra está rodeada de maleza. Ya no solo da miedo el fraile sin cabeza, sino también que se caiga su casa en cualquier momento.