El Sinsimito en un cuento
Carlos Evia Cervantes: El Sinsimito en un cuento.
De acuerdo con varias investigaciones efectuadas en tiempos recientes, el Sinsimito es la versión local del mito mundial del hombre salvaje. Por otra parte, Juan Conejo es un cuento tradicional de Yucatán, con muchos episodios y, en todos ellos, este personaje sale triunfante por su astucia.
Sin embargo, en ciertas áreas de Yucatán, Chiapas y Oaxaca, según Alfredo Barrera Vázquez, se comparte una versión en la que el Sinsimito y Juan Conejo quedan integrados en un solo relato. Cabe señalar que las características atribuidas a estos personajes mantienen su esencia en esta versión: Sinsimito cometiendo malas acciones, especialmente el rapto de mujeres, y Juan Conejo, animal pequeño que vence con su inteligencia.
En esta versión no se describe con mucho detalle al Sinsimito, pero sí se señalan sus actos perjudiciales para una persona dedicada a la agricultura. Se dice que en una ocasión un campesino fue a su milpa para cosechar elotes junto con su mujer. Después de esa labor, se alejó de ella para ir en busca de miel. Cuando regresó no halló a su compañera y se puso a llorar.
Un toro pasó por ahí y le preguntó al hombre porqué lloraba. El hombre le explicó que el Sinsimito se había llevado a su mujer. El toro se ofreció a rescatarla pero pidió un zacatal como recompensa. Cerraron el trato y el toro fue a la casa del Sinsimito, reclamó a la mujer del campesino: “oye tú, ladrón de esposas, devuelve la suya al campesino” y el aludido se levantó de su hamaca, tomó su escopeta y mató al toro.
Cuando el agricultor lo supo se puso a llorar de nuevo y en eso pasó un jaguar quien se enteró del problema. El felino también ofreció ir a rescatar a la señora y, al igual que el toro, pidió una recompensa. El campesino ofreció dos toros y un cerdo. Cerrado el trato con el nuevo aliado, éste fue a la casa del Sinsimito y cuando llegó le hizo el reclamo: “oye tú, ladrón de esposas, devuelve la suya al campesino”. Pero el Sinsimito mató al jaguar con su escopeta.
Al saberlo, el campesino se puso a llorar; pero en eso pasó un conejito al que Barrera Vázquez se refiere como “el pequeño Juan”. Se enteró del problema del campesino e igualmente ofreció ir por la dama secuestrada a cambio de una buena recompensa, pues pidió el terreno en donde el campesino hace su milpa. El agricultor aceptó, pero no creía que Juan Conejo pudiera vencer al Sinsimito. A pesar de todo, hicieron el trato. El conejo actuó con mucha astucia y a través de un complejo truco le hizo creer al Sinsimito que le había sacado la sangre y los sesos. Ante esto, devolvió a la mujer y el pequeño Juan recibió su recompensa.