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Muy cerca de la localidad Aurangabad, en la provincia de Mumbai, India, está el famoso sitio arqueológico de Ajanta, conformado por un conjunto de 29 grutas artificiales, talladas a mano en la roca de las paredes. Estas cuevas fueron esculpidas y pintadas para utilizarlas como monasterios y santuarios del culto budista entre el siglo II antes de Cristo y el siglo VIII después de Cristo. Así lo publicó Tom O’Neill en una revista.

La grandeza del complejo de Ajanta indica al visitante lo espléndido del mecenazgo: la mayoría de las cuevas fueron hechas durante el reinado de Harishena, quien gobernó una vasta extensión de India central a mediados del siglo V d. C. Varias centenas de monjes habitaron y tallaron las cuevas de Ajanta y entre la rica decoración de los interiores destacan las escenas que aluden a las reencarnaciones del Buda, los episodios de su vida, según el registro histórico y la arqueología.

Estas cavidades fueron descubiertas por un grupo de soldados británicos durante una partida de caza en 1819. El insólito lugar es Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco desde 1983. El acceso a las grutas está ubicado en una hondonada boscosa de la cordillera Indhyagiri. En el fondo, corre un río cuyo torrente forma una serie de cascadas y justo allí fueron excavadas las grutas, sobre la pared más abrupta de la hondonada. Se encuentran entre 30 a 40 metros de altura, a lo largo del lecho del torrente, mostrando gran esplendor y belleza.

Las mismas cuevas están clasificadas en dos categorías: las que servían de refugio a todos los monjes durante la estación de las lluvias y aquellas que usaban principalmente como salas de asamblea y plegaria. Las cavidades están comunicadas entre sí por unos pasadizos y también hay otras celdas en las que dormían los monjes.

En cada entrada hay una imagen tallada de Siddhartha Gautama, mejor conocido como Buda. La mayor parte de los muros interiores de las grutas están cubiertos por pinturas al fresco. Estas obras se fueron deteriorando con el paso del tiempo y también por los efectos del turismo masivo. La mayoría de las pinturas tienen una antigüedad de más de 1500 años. Esos artistas desconocidos sabían aplicar las nociones de la perspectiva, la profundidad y el realismo en sus pinturas. Las expresiones y emociones capturadas en los rostros de las pinturas son tan reales que hoy, después de varios siglos, son todavía admirables.

Además de las imágenes de Buda y otros seres iluminados, hay figuras de príncipes, comerciantes, mendigos, músicos, sirvientes, amantes, soldados y religiosos. También hay elefantes, monos, búfalos, gansos, caballos, incluso hormigas. igualmente se puede observar representaciones pictóricas de árboles, flores de loto y vides enroscadas.

Las grutas de Ajanta constituyen un maravilloso ejemplo de la cultura y religión budistas.

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