En las profundidades de Maastricht
Carlos Evia Cervantes: En las profundidades de Maastricht.
En el sur de los Países Bajos se encuentra la bella ciudad de Maastricht, y en el subsuelo de esta urbe existe un asombroso complejo subterráneo formado por miles de galerías que, en conjunto, tienen más de 200 kilómetros. Así lo publicó José Flores Muñoz.
Los túneles surgieron cuando los invasores romanos, hace más de dos mil años, empezaron a extraer las rocas de las profundidades para edificar sus fortalezas y ejercer su dominio a los antiguos pobladores. La calidad de esas piedras de colores amarillo y gris, son excelentes para esas construcciones. Así fue el origen de este complicado laberinto.
Durante la época feudal, a partir del siglo XI, los miembros de la nobleza construyeron sus castillos con esos materiales. Cuando los siervos excavaron aún más en el subsuelo éste fue ampliado nuevamente. Los holandeses utilizaron estos espacios para escapar de la persecución de los ejércitos de España y Francia, en distintas épocas. Por conflictos religiosos, se construyó una capilla oculta en donde celebraban sus misas a escondidas.
Posteriormente, dichos pasajes subterráneos fueron utilizados como refugios durante la Segunda Guerra Mundial por miles de ciudadanos los cuales huían de las fuerzas nazis que se apoderaron de Holanda. Se dice que allí se albergaron más de 20 mil personas. En uno de esos túneles, durante la guerra se escondió el famoso cuadro de Rembrandt, “La Ronda Nocturna”, que Hitler quería robar. Ya en tiempos de paz, las autoridades recientes han instalado luminarias en las principales galerías para que los turistas puedan admirar las pinturas y bajorrelieves en las paredes, desde 1700 hasta 1800. En estos subterráneos se encuentran los restos fósiles del mosasaurio, un enorme reptil marino carnívoro, hallados en el año 1770, cuando se excavaban estas cuevas. Este animal vivió cuando en los tiempos en que Europa Occidental se encontraba debajo de un mar subtropical de poca profundidad.
El sistema de túneles de Maastricht ocupa un área muy extensa y se conecta con otros sistemas subterráneos de la misma región. La entrada a las cuevas está a cuatro kilómetros de Maastricht, bajo el cerro de San Pedro. Además, algunas de las numerosas galerías han sido utilizadas para disfrutar conciertos de música clásica.
Un equipo de guías muy experimentado se encarga de conducir a los visitantes actuales para evitar que la gente se extravíe. En los Países Bajos hay una gran tradición del ciclismo; quizá por esto, los túneles han servido para las carreras de bicicletas, incluso ya se celebró el primer maratón bajo tierra. Los ciclistas tuvieron que llevar lámparas en sus cascos.
En conclusión, se puede afirmar que este subterráneo se originó como cantera en tiempos de los romanos, luego sirvió como refugio en las distintas guerras e invasiones que la nación ha sufrido y, hoy día, es un importante atractivo turístico.