En el sudoeste de la República Popular de China se encuentra una de las etnias más peculiares de este país. Son los miao, y desde hace milenios se han asentado en todo tipo de terreno. Así como pudieron establecerse en las selvas de bambú, también lo han hecho en las montañas pedregosas en donde llueve ocho meses del año. En especial, hay una comunidad miao que se instaló en una caverna. Así lo afirmó José Flores Muñoz.

Justamente en la provincia de Guizhou existe una cordillera montañosa que presenta, en su parte más baja, una enorme cueva que mide 230 metros desde la entrada hasta el fondo, 115 metros de ancho y su altura promedio es de 25 metros. Para tener una mejor idea de su tamaño, su interior tiene una superficie que podría albergar cuatro canchas de fútbol americano.

Un grupo de los miao, azotado constantemente por las violentas incursiones de grupos rivales o bandidos, y también por las incesantes lluvias, decidió ponerse a salvo y se instaló en el interior de esta cueva hace 166 años. Con el paso de los años, este grupo se fue adaptando cada vez más hasta normalizar su vida en el interior de la gran caverna que tiene todo lo necesario para la supervivencia de la comunidad. Hoy día esta aldea es conocida con el nombre de Zhongdong.

Para acceder al lugar, hay que caminar aproximadamente una hora por la ladera de una montaña. En el interior de la cueva fueron construidas las habitaciones con materiales resistentes de vegetales obtenidos en la región. También se edificó una escuela para los niños, donde igualmente realizan actividades afines. Se sabe que varios jóvenes de esta comunidad han logrado alcanzar estudios de posgrado en universidades de otros países y se han incorporado a poderosas empresas transnacionales de Europa y Asia. Con estos ejemplos se demuestra que para el intelecto humano no hay límites si se tiene voluntad.

En esta cueva viven cerca de 380 personas de todas las edades y si algo les caracteriza, es que tienen perfectamente definidas las actividades que cada quien debe realizar para proveerse de alimentos y agua. También crían animales de los que obtienen otros productos indispensables para sobrevivir. Existen en el interior de la gran cueva oficinas administrativas, en las que se atienden las necesidades burocráticas de la comunidad y también hay almacenes en donde guardan semillas, así como los víveres necesarios.

Los miao que viven en esta gruta consideran de gran valía su relación con el medio ambiente y desde pequeños aprenden a producir y consumir sólo lo necesario para no alterar el equilibrio de la naturaleza, a la que consideran como una madre sagrada que les provee lo necesario. Los medios locales definen a Zhongdong como la última caverna china habitada en forma continua.