La cueva de Belén, los esenios y el cristianismo
Carlos Evia Cervantes: La cueva de Belén, los esenios y el cristianismo.
Cada año la prensa mundial informa acerca de la presencia de miles de peregrinos en la cueva de Belén, ubicada bajo Iglesia de la Natividad, en Palestina. Además, en millones de hogares católicos se reproduce el Nacimiento, que representa la gruta en la que José y María reciben a Jesús, rodeados de animales de corral. La tradición indica que allí llegaron los tres Reyes Magos para ofrecer sus regalos al personaje que sería el máximo símbolo de una nueva religión.
Michael Finkel señala que hoy día, en las áreas rurales de Belén, al igual que hace 2,000 años, las grutas se utilizan como corrales. Los pesebres se excavan en la roca. Bajo la Iglesia de la Natividad se encuentra la cueva donde se cree que nació Jesús. El templo se halla rodeado de asentamientos judíos, campos de refugiados y está limitado por un muro. El famoso relato del Evangelio de Lucas señala que, cuando José y María llegaron a este lugar, no había aposentos para ellos en el mesón, por lo que el dueño sólo les pudo ofrecer alojamiento en una de esas cuevas, y así fue como Jesús nació en una gruta, entre el ganado. Entonces, tal vez este fue el sitio sobre el cual se construyó la Iglesia de la Natividad, concluye Finkel.
En aquellos tiempos el imperio romano dominaba la región que ahora ocupan Israel y Palestina, y la incursión de sus tropas era frecuente. El autor Edward Hughes señala que una secta de judíos, los esenios, huyendo de las legiones romanas, se refugió en unas cuevas de la costa occidental del Mar Muerto. Llevaron consigo sus documentos hechos con cuero, papiro y, en menor medida, de metal. Se instalaron en 275 grutas distribuidas en la región y en ellas depositaron sus documentos que estaban en forma de rollos dentro de vasijas de arcilla. Allí permanecieron ocultos durante casi 2,000 años hasta que unos beduinos los descubrieron y, posteriormente, fueron objeto de estudio de los científicos. Así fue como se llegó a conocer el contenido de los famosos Rollos del Mar Muerto, obras de los escribas esenios que trata de los pasajes conocidos y desconocidos de la Biblia, concluye Hughes.
Roger Bartra señaló que después de su aparición, el cristianismo fue difundido y ejercido de diversas maneras. Afirmó que en estos tiempos no había templos para el culto; en cambio era muy frecuente la práctica de esta nueva fe por los ermitaños. En este último caso, los primeros monjes abandonaban los centros de población y se iban hacia los bosques y desiertos, tanto en busca de una especie de paraíso provisional o quizá para probar su fortaleza frente a los demonios, concluye Bartra. El estudio de este tema confirma que muchos de esos ermitaños usaron las grutas para difundir el cristianismo.