La maravillosa Cueva de Fingal

Carlos Evia Cervantes: La maravillosa Cueva de Fingal.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Esta gruta, cuyo nombre en gaélico significa “cueva de la melodía”, está situada en el Islote de Staffa, de las Islas Hébridas interiores de Escocia. Su estructura es única; en ningún otro lugar del planeta existe una cueva marina compuesta por columnas de basalto hexagonales. Así lo publicó Alejandro Flores Trujillo.

Algunos expertos sostienen que, por la perfección de sus formas, pudo haber sido tallada a mano. Sin embargo, la Cueva de Fingal es un regalo de la Naturaleza. Se cree que se formó hace 60 millones de años, por la misma acción de la lava que creó la Calzada de los Gigantes en Irlanda. El hecho de que ambas están formadas de columnas de basalto originó la leyenda que menciona que la gruta y la calzada son los extremos de un enorme camino construido por el gigante irlandés Fionn Mac Cumhaill, mismo que usaba para llegar a Escocia y combatir con Benadonner, su rival. 

Desde el punto de vista geológico, la leyenda parece correcta. La lava pudo formar un puente entre los dos lugares; pero sucedió hace millones de años y muchos factores han moldeado ambos lugares desde entonces. Así, la Cueva de Fingal, con su interior de la lava solidificada, habría experimentado procesos de contracción y fracturación que originaron las columnas hexagonales, aunque también hay algunas tetragonales. Por otro lado, la continua acción de las olas golpeando la isla durante millones de años habría abierto una fisura en el islote de Staffa, que se fue erosionando hasta originar la entrada y desarrollo de la increíble gruta.

El conducto principal de la cueva es de 14 metros de ancho, 100 de largo y 22 metros de altura. Pero lo que destaca más son sus columnas hexagonales de basalto. Estas últimas, en forma de pilares de 6 lados, conforman sus paredes y se elevan sobre el nivel del agua.

El eco generado por el continuo rompimiento de las olas del mar en el interior de la cueva parece producir una hipnótica melodía. Para muchos, estos son sonidos estremecedores y comparables a los que se generan en una catedral. Por este hecho se le ha llamado Uamh-Binn o la “cueva de la melodía”.

Todo cambió en 1772, cuando el naturalista Josep Banks la redescubrió y captó la atención del mundo. La llamó Cueva de Fingal, en honor al héroe Fionn Mac Cumhaill, que se había hecho muy conocido gracias al poema del escocés James Macpherson. Posteriormente, el compositor romántico alemán Félix Mendelssohn escribió la obertura “Las Hébridas” inspirándose en el eco de la cueva, después de visitarla en 1829.

Grandes escritores como Julio Verne, William Wordsworth y John Keats, y el pintor J.M.W. Turner con su obra Staffa Fingal’s Cave, se dejaron cautivar por los encantos de la cueva y la popularizaron a nivel mundial.

Lo más leído

skeleton





skeleton