En las zonas rurales del municipio de Mérida existen cenotes extraordinariamente interesantes, como el K’ambul, en la comisaría Noc Ac, a 15 minutos al norte de esta ciudad, en donde se hallaron vestigios paleontológicos muy importantes. Así lo aseguró Sergio Grosjean Abimerhi.

El nombre de este cenote corresponde a un ave silvestre de gran tamaño, pues llega a medir más de 90 centímetros de largo y pesar 5 kilogramos. K’ambul se le denomina en lengua maya y en español es el hocofaisán (Crax rubra).

Con respecto al descubrimiento de restos fósiles de tiburones y sirénidos ocurrido en 1972 y después de los estudios correspondientes, se supo que tienen una antigüedad aproximada de 13 millones de años. Esta información causó mucho interés en la comunidad de espeleobuzos, espeleólogos y científicos en general. Con el apoyo del personal especializado, dichos vestigios fueron recuperados a partir de 1975. Por este hallazgo se le considera a K’ambul como una de las cavernas de Yucatán con mayor potencialidad para la investigación científica, agregó Grosjean.

Se trata de un cenote con abertura en la parte superior de la bóveda; el diámetro del espejo de agua mide unos 18 metros y la profundidad del agua cristalina alcanza los 60 metros, a la cual se llega a través de diversas galerías. En su interior hay gran cantidad de peces pequeños de variadas especies.

Cuando el Grupo Ajau fue a visitar este cenote en 1997, entrevistó a Silvio Rodríguez Figueroa, de 73 años, quien comentó que se ignora cuándo se descubrió el cenote. De antes venía poca gente a bañarse, casi sólo los de aquí, pero ahora debido a la facilidad para entrar y la falta de vigilancia, viene gente de muchas colonias de Mérida y de poblaciones cercanas. Hubo épocas en que entraban dos o tres camiones grandes de turismo cada día. Un problema que surgió en esos tiempos es que llegaban jóvenes y adultos al sitio a tomar alcohol y consumir mariguana. A veces surgían pleitos entre ellos y perjudicaban a los vecinos, concluyó Rodríguez.

Fernando Rosado Lara, uno de los exploradores de este cenote dijo que los hermanos Michael, Cristóbal y Jeff Dutton fueron quienes descubrieron los fósiles en 1972. Además comentó que antiguamente el agua de K’ambul servía para regar los sembradíos de los alrededores. Posteriormente funcionó como un balneario natural y para practicar el buceo.

Sergio Grosjean publicó que este cenote ha sido brutalmente alterado por los buzos que entran para sacar toda clase de vestigios. A tal grado llega el saqueo, que ya no sólo extraen pequeños trozos de piedra con cuchillos o cinceles, sino que se ha usado dinamita para desprender pedazos de roca con los fósiles. Además, se halló grafiti subacuático y enormes cantidades de basura que incluyen plásticos, latas, ventiladores y llantas. Actualmente el cenote está clausurado.