El municipio de Homún se ubica en la región noroeste del estado de Yucatán, donde, según sus habitantes, hay cerca de 200 cenotes y unas cuantas cavernas distribuidas en diferentes puntos del territorio municipal. Así lo informó Víctor Orlando Manríquez Cardeña, fallecido guía de las cuevas de Homún.

En 1982, un grupo de maestros y estudiantes de la hoy Facultad de Ciencias Antropológicas, fuimos a la comunidad de Homún con el firme propósito de conocer sus grutas de las cuales no sabíamos nada. Fue el antropólogo José Leonel Cabrera Góngora quien nos motivó a conocerlas y estando allí nos presentó a su primo, Víctor. En aquella ocasión entramos a las maravillosas cuevas Santa María y Pets’kan; también nos condujo al cenote San Juan.

Víctor nos dijo que en Homún había muy pocas personas dispuestas a acompañar a quienes quisieran visitar las cavernas, pero él, desde los 18 años, empezó a adentrarse a las cavidades locales. Así se inició una gran relación entre Víctor y un servidor que habría de durar mucho tiempo, pues en años posteriores recurrí a Enríquez para guiar a muchos de mis alumnos que siguieron mis pasos.

Víctor dijo que se dio a conocer como guía cuando llevaba a un grupo de maestras de la secundaria local a recorrer las fascinantes maravillas subterráneas. Recuerda que, para iluminar su camino dentro de las grutas, prestaba una lámpara de gasolina y compraba algunas velas. Poco a poco se fue convirtiendo en el guía que todos señalaban cuando algún turista preguntaba cómo llegar y penetrar las cuevas de la región. Pero la afluencia a las cavernas era muy escasa, así que Víctor tuvo que desempeñar diversas actividades para sobrevivir. Entre otras, fue uno de los pioneros cuando se introdujo el servicio de tricitaxis en Homún.

En 1998, ya como Grupo Espeleológico Ajau, entrevistamos a Víctor para incluirlo en una lista de guías tradicionales a quienes llamamos “Centinelas de las Grutas”. Para ese entonces, Víctor tenía 55 años de edad, cultivaba frutales y criaba ganado en su rancho llamado San Isidro, en donde hay dos cenotes. Uno de los cuales parecía tener vida, porque cuando la gente lo miraba el agua se rebosaba, agregó Víctor.

Enríquez comentó que las grutas tienen dueños especiales, los aluxes. Dijo estar muy agradecido por no haber tenido alguna mala experiencia dentro de las cuevas como contraer alguna enfermedad, sufrir un accidente o haber visto algo sobrenatural.

Sirvan estas líneas como un homenaje a nuestro amigo y colega Víctor Enríquez, quien dedicó una gran parte de su vida a explorar el mundo de las cavernas y cenotes de Homún. Cada vez que lo necesitamos, él siempre nos acompañó gustoso para recorrer el mundo subterráneo de Homún y nos mostró los más interesantes secretos de la noche eterna de las grutas.