El Ch’a’cháak en Kimbilá

Carlos Evia Cervantes: El Ch’a’cháak en Kimbilá.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Kimbilá es una de las poblaciones en donde aún se practican los rituales agrícolas tradicionales como el Ch’a’cháak, para que el dios Chaak envíe la lluvia y se obtengan buenas cosechas. Así lo escribió Pedro Uitz Mex en 1991.

En el mes de julio del citado año se le pidió al sacerdote maya o jmen José Casiano Cauich Kantún que realizara la petición al dios maya. El ritual comenzó desde las primeras horas del sábado, en la gruta Kuch Box, con la preparación del pozole tradicional, conocido como saká. Se hizo la ofrenda a los guardianes de los cuatro puntos cardinales y también a los pájaros del monte para que llevasen las peticiones al señor de las lluvias.

Posteriormente, el jmen y otros hombres fueron en busca del agua virgen o sujuy ja’, en la gruta de Jubichén. El recorrido en el interior de la gruta duró aproximadamente una hora y media, hasta llegar al depósito natural de agua. Allí se repitió el ritual mencionado. El jmen también dirigió la ofrenda a los dueños invisibles de cada gruta para lograr su permiso y así poder tomar el agua que sería utilizada en la preparación de la comida. Posteriormente se procedió a llenar los calabazos que la pequeña comitiva llevó consigo.

Todos regresaron al poblado, pero el jmen dijo que era necesario ir a otra cueva a buscar agua. Se dirigieron a la gruta llamada Kopo’cheen. Allí se repitió el acto de pedir permiso para poder tomar el agua. A las cuatro de la tarde, los hombres retornaron a la población y se dio por terminada esta parte del ritual.

Ya en el poblado, se procedió a la preparación del báalche’, bebida que se ofrece a los dioses mayas y se prepara con anís, miel y la corteza del árbol báalche’. En cuanto a la comida, se preparó un caldo espeso hecho con las semillas de calabaza y condimentado con achiote. Con este caldo se elaboró la comida típica conocida como ya’ach’, hecha con tortillas llenas de frijol.

El señor Isiquio Canché, vecino de la comunidad, es quien ha organizado estas actividades durante 40 años, expresó que estas tradiciones deben transmitirse de una generación a otra como lo hicieron sus abuelos. Sin embargo, advirtió que esta costumbre está desapareciendo porque la juventud no está muy interesada en los conocimientos ancestrales.

Don Isiquio aseguró que quienes hacen esta ceremonia se les retribuye con las buenas cosechas en las milpas. Para los mayas, tanto el agua como la tierra son sagrados, pues gracias a estos elementos se obtienen los alimentos principales.

Don Isiquio recordó que, al término del ritual, domingo al mediodía, toda la comida sería repartida entre todos los asistentes y este acto representa la abundancia que tendrían en sus cosechas a los que participaron, concluyó Uitz Mex.

Lo más leído

skeleton





skeleton