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La escritora mexicana Cristina Rivera Garza (Matamoros, Tamaulipas, 1964), por su última novela “El invencible verano de Liliana” (Random House, 2021), ha sido galardonada con premios importantes, entre ellos: el premio Xavier Villaurrutia en 2022, y en 2024, el Pulitzer. Sin embargo, de la novela de la me que gustaría hablar es “Autobiografía del algodón” (Random House, 2020).

La novela me interesó de inmediato por el epígrafe que el libro trae con una cita de José Revueltas que publicó en “Las evocaciones requeridas”. La cita en cuestión hace mención de que a Revueltas le gustan las poblaciones como Minatitlán, como Camarón o ciudad Anáhuac, que le recordaban viejos episodios de la lucha revolucionaria.

Es así como Rivera Garza da inició al libro, que es una mezcla de novela, autobiografía, ensayo e historia, en el cual habla de diferentes temas que se entrelazan en un destino común: la historia de sus antepasados, la industria del algodón en el norte de México, la violencia actual que sacude a esa región por el crimen organizado, y las proezas de la ingeniería hidráulica para sacar agua del rio Bravo para que riegue las zonas de cultivo del lado mexicano.

Lo que me gustó mucho de la novela fue la manera en que Rivera Garza retomó la presencia de José Revueltas en Estación Camarón, Nuevo León, en 1933, cuando Pepe, era todavía un muchachito de 19 años, y fue enviado por el Partido Comunista Mexicano al norte de México para tareas políticas, siendo que en aquel momento se entera de que, en Estación Camarón, los trabajadores agrícolas del algodón se habían levantado en huelga. Posteriormente, Revueltas, sería detenido, y enviado a las Islas Marías. La experiencia política y vivencial le sirvió a José para escribir su segunda novela “El luto humano” (Lecturas Mexicanas, 1943).

La escritora norteña señala que, gracias al testimonio de José Revueltas sobre la huelga en Estación Camarón, podemos tener noticias de ese lugar, que durante los años posrevolucionarios fue una región industrial muy importante en el norte de México por su producción algodonera, y con una fuerte agitación sindical, y que, actualmente, es una ciudad desolada, en ruinas, con pocos habitantes, que desde la “guerra contra el narco” ha sido asolada por el crimen organizado y convertida en una fosa común.

En menos de un siglo, muchas regiones de México pasaron de ser zonas prosperas, altamente productivas, con fuertes modelos industriales, con una base obrera organizada, a ser, actualmente, lugares abandonados, desolados, y azotados por la violencia del crimen organizado y las empresas multinacionales.

La experiencia de José Revueltas, en Estación Camarón, se une a la historia familiar de Rivera Garza, ya que sus abuelos fueron trabajadores agrícolas en esa región algodonera en sus años de bonanza. La búsqueda arqueológica de los orígenes de la familia de la escritora que también fueron emigrantes que salieron de San Luis Potosí para mejorar sus condiciones de vida los llevó hasta el norte del país.

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