Luces y plumas de color
Carlos Luna; Luces y plumas de color.
El atractivo que desde 2014 se sumó a las opciones de entretenimiento de Riviera Maya, Joya, con su imponente teatro diseñado ex profeso por Solei Circo, comprueba el nivel que ofrecen los destinos en arte y grandes producciones, como el ya legendario Xcaret México Espectacular, que cada noche hace vibrar a miles con su “así se lleva México en la piel”.
Desde El Lido en París hasta Tropicana en La Habana, por doquier hay muestras que todo centro turístico que se precie de competir y reinventarse tras la pandemia ha de invertirle para mantener e ir más allá en la oferta de animación, no solo en las grandes sedes o exclusivos resorts, sino también en las ciudades, donde legendariamente el circo alrededor del mundo se ha ganado un lugar que merece ser reivindicado.
Desde remotas épocas, la magia y la acrobacia son ingredientes en la vida citadina, que constantemente se asoman compitiendo con el folklor y la tradición, para demostrar sin reservas que el arte circense ha permanecido por siglos y está dispuesto a renovarse, integrarse y adaptarse para ofrecer su aportación al aspecto lúdico y divertido de la humanidad. Conocidas discos, como Coco Bongo, grandes cruceros y barcos “piratas”, por ejemplo, desde antes de la pandemia integraron acrobacia a sus propuestas, y las tradicionales familias y empresas de circo en México, ahora también tienen que reinventarse; y recordarnos la belleza de los Atayde, Padilla, Tihany, Fuentes Gasca, entre muchos otros que han dado buenos artistas y espectáculos al mundo.
La itinerancia de los espectáculos viajeros de todos los niveles y presupuestos no pasan desapercibidos entre las tradiciones que necesitan mantenerse vivas y que ya han demostrado su fortaleza, por ejemplo, tras la prohibición de usar animales en sus espectáculos, encontraron más espacio para la creatividad de la acrobacia y la transformación en la pista, con muchos trajes de luces y plumas de color.
Los empresarios del ramo llaman la atención de las autoridades sobre la necesidad de una legislación que permita a la comunidad circense cumplir mejor con la misión de llevar diversión y esparcimiento a la sociedad.
Humberto Padilla Ledezma, presidente de la Unión Nacional de Empresarios y Artistas de Circos (Uneac), explicó recientemente la necesidad de exigir una ley sobre el ramo que tenga en cuenta la condición de artistas itinerantes, porque a veces los tiempos y condiciones que les ponen son prácticamente imposibles de cumplir por la propia naturaleza de su trabajo. “Por eso pedimos que se tome en cuenta todo esto y que se elabore una ley específica para el circo y que no cada municipio decida a su antojo cómo cobrarnos y cómo pedirnos el trámite”, señaló el empresario en el marco de una reciente manifestación de artistas de circo para pedir apoyo de las autoridades a nivel nacional.
Si se vira a ver a este peculiar sector del entretenimiento, que por todos los rincones de México puede aportar sano esparcimiento e incluso integrarse a grandes proyectos turísticos en la región sureste y algunas capitales, es probable que se devele un escenario más accesible para una multi disciplina que integra muchísimas artes y deportes; el atractivo, con la magia en cada ciudad visitada, o en un destino en particular, de “el espectáculo más grande del mundo”