En otros mundos
Carlos Luna: En otros mundos.
Cuando el turismo espacial ya es una realidad, y la misión Artemis I va a la Luna 50 años después de la incursión del Apolo 11, cobra más sentido ampliar la visión humana de un multiverso sin fin, apreciable también ya por el excepcional telescopio James Webb.
La posibilidad de encontrar vida en otros lugares del universo es una de las líneas de investigación que siguen académicos y estudiantes en distintas instituciones de educación superior y puede ayudar a comprender y apreciar la existencia en varias dimensiones.
“Hay lunas en Júpiter y Saturno donde se ha comprobado que hay agua en forma de hielo. Se cree que, a lo mejor, debajo hay agua líquida. En esos lugares podría existir vida”, señala Patricia G. Núñez, presidenta de la Sociedad Mexicana de Astrobiología (Soma), en una entrevista con el diario Reforma.
Lo más probable es que en estas formaciones puedan hallarse organismos unicelulares, añadió la investigadora posdoctoral del Instituto de Astronomía de la UNAM.
En marzo, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) incorporó 65 planetas extrasolares a su Archivo de Exoplanetas. Con esta adición, hasta el momento se sabe de la existencia de más de 5 mil planetas fuera de nuestro Sistema Solar, lo cual se considera un hito cósmico. Alrededor de 300 presentan similitudes con la Tierra, indica Chris Impey, profesor distinguido de Astronomía de la Universidad de Arizona. “La búsqueda de vida en el universo es un asunto legítimo para la ciencia. Estamos progresando a través (del estudio) de estos exoplanetas y de algunas misiones a lugares como Marte, donde estamos buscando rastros de vida antigua”, precisa.
Las señales que pudieran recibirse del espacio o de interpretar información espectroscópica de otros cuerpos celestes sumarían evidencias, sostiene Fabián Rosales, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe).
Las investigaciones sobre cosmología, galaxias distantes y lentes gravitacionales, son clave para entender cómo evolucionó la vida conocida y cómo podría surgir en otros mundos. Nos creemos únicos y especiales. Si encontráramos vida cambiaría nuestra forma de pensar, retan los especialistas.
Al estar asociados a representaciones de la cultura popular y teorías de conspiración, son pocos los astrónomos que centran sus estudios en fenómenos aéreos no identificados y objetos voladores no identificados. Es posible estudiarlo seriamente, pero debido a la historia del tema, que en los Estados Unidos se remonta a Roswell en 1947, a todas las teorías y relatos de abducciones extraterrestres, no tiene buena reputación.
Aunque lento, esta percepción está cambiando, pues científicos con experiencia y de renombre se han ido involucrando. El que autoridades estadunidenses celebraran hace unos meses la primera audiencia pública sobre ovnis en 50 años respalda la relevancia del asunto.
Quisieran pasar de anécdotas o historias a llevar un conteo riguroso y basado en la ciencia. De acuerdo con la NASA, hay tecnología para comenzar a contestar cómo comienza y se desarrolla la vida, si existe la vida en otras partes del universo y cuál es el futuro de la vida en la Tierra y más allá.