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La fuerza de confiar en la paz, desde la intención y la madurez de cada ser humano, expresadas en acciones colectivas, puede ser más fuerte que el miedo, desde palabras que se convierten en peligrosas bombas de temor que atraen peligros. Por fortuna, son millones los que creen hoy que es posible frenar las guerras, empezando por lo que se piensa y se cree.

La advertencia del presidente estadunidense Joe Biden de que el mundo corre el riesgo de un “armagedón” nuclear fue hecha para enviar el mensaje de que nadie debería subestimar el extraordinario peligro que supondría el despliegue de armas tácticas por parte de Rusia en su guerra contra Ucrania, dijeron funcionarios de la Casa Blanca.

La sombría apreciación del Presidente, resonó en todo el mundo, pero pareció ir más allá de las valoraciones actuales de los servicios de inteligencia, cuyos responsables admiten no tener pruebas de que el presidente ruso Vladimir Putin esté preparándose para emplear armas atómicas de forma inminente.

La propia Casa Blanca aclaró: “Los comentarios de que Moscú podría usar armas nucleares son irresponsables y no hay forma de hacerlos sin consecuencias no planeadas. Eso no puede suceder […] Si la crisis de los misiles en Cuba nos enseñó algo es el valor de reducir el riesgo nuclear y no blandirlo”.

En Europa, los líderes trataron de calmar las cosas tras las palabras de Biden. A una pregunta sobre los comentarios de su colega norteamericano, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que era crucial hablar con cuidado sobre una amenaza nuclear. “Siempre nos hemos negado a participar en la ficción política y especialmente… cuando se habla de armas nucleares”, declaró Macron durante una cumbre de la UE en Praga. “Debemos ser muy cuidadosos sobre ese asunto”.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que los líderes se toman “cada escalada muy seriamente”.

“Las amenazas no nos intimidan”, aseguró Michel. “Vamos a mantener la calma. No vamos a perder la cabeza y vamos en toda ocasión a denunciar el carácter irresponsable de esas amenazas”.

Respecto a los comentarios controversiales de Biden, “la gente dice Bueno, es Biden. Ya sabes, él dice esas cosas’”, comentó Hans Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Estadunidenses y veterano de la investigación sobre política nuclear.

“Pero otros países están diciendo: ¡Caramba, eso lo dijo el presidente de Estados Unidos!’”, recalcó Kristensen. “Y eso significa que tenemos que ser realmente cuidadosos a la hora de usar términos tan fuertes” que de por sí pueden escalar las tensiones nucleares sin querer.

Kristensen opinó que las fuertes palabras de Biden pueden haber tenido un impacto no planeado en Rusia, el mayor problema con esos comentarios del presidente. “Está bien claro para mí que Putin va a ver eso y decirse mira, tengo su atención. Están realmente asustados”.

Sin duda, la mejor arma masiva es evitar el miedo, que la conciencia colectiva no se deje influir por declaraciones que le hagan el juego a quien intimida y, por el contrario, seguir sembrando en cada ser humano la convicción de que la paz es posible y real. La fuerza de un mundo pensando en la paz puede sostener el freno a las amenazas.

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