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Si la Península de Yucatán quiere consolidarse como una puerta al Caribe, puede escuchar algunas sugerencias de sustentabilidad. Julia Simpson, presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), respaldó soluciones políticas como los incentivos gubernamentales que recompensan a las empresas que se adhieren a las normas medioambientales y cuentan con una certificación ecológica, durante su discurso reciente en el Foro de Viajes de la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe (CHTA), celebrado en San Juan, Puerto Rico.

La líder mundial de los viajes también pidió que se adopten los avances tecnológicos para ayudar al sector de los viajes y el turismo a descarbonizarse. “Los proveedores de transporte y alojamiento pueden invertir en combustibles sostenibles, diseños ecológicos y tecnologías renovables”, aconsejó, al tiempo que afirmó que el cambio climático tiene un impacto desproporcionado en el Caribe –nada presumible para los destinos más exitosos como Cancún y Riviera Maya- y “necesitamos que la comunidad mundial trabaje conjuntamente para mitigar sus efectos y revertir la pérdida de biodiversidad”.

Para mucha gente la conservación ahora no es la única respuesta. “En realidad, tenemos que recuperar cosas y no solo conservar lo que nos queda. Muchas de estas tecnologías ya existen hoy en día. La cuestión es cómo utilizarlas a gran escala”, comentó.

Alabando la importancia del foro de la CHTA, que reunió a representantes de los sectores público y privado en una jornada de presentaciones y diálogo, Simpson razonó que, a pesar de los numerosos retos que se avecinan, confía en el Caribe –incluyendo el mexicano- y en el sector de los viajes y el turismo.

Durante su discurso, Simpson reiteró la petición de una aerolínea regional que ayude a impulsar los viajes domésticos y familiares y proteja los viajes y el turismo de la excesiva dependencia que tiene la región de los visitantes internacionales. No todo es Estados Unidos y España como mercados emisores.

Asimismo, defendió la necesidad de flexibilizar los visados, alabando a Barbados por su “Sello de Bienvenida”, que permite a las personas permanecer y trabajar a distancia durante 12 meses: “Estos visitantes no solo pudieron disfrutar de la vida en el Caribe, sino que apoyaron a las empresas locales y la recuperación económica del país”. Turistas que se hacen locales con largas estancias.

Aunque la recuperación del turismo en el Caribe tras la pandemia ha sido en gran medida un éxito -Quintana Roo va muy bien-, Simpson expresó su preocupación por los retos de la conectividad aérea entre islas, el aumento del costo de los viajes en avión para los visitantes que acuden al Caribe, el cambio climático y la pérdida de naturaleza. “Pero soy optimista. Creo que podemos superar estos retos”.

Yo también lo creo, puede no ser un buen negocio el gigantismo hotelero, devastar los recursos naturales y mucho menos pasarle el tren por encima al ambientalismo. Puede ser muy atractivo para los turistas abogar por el Caribe, como sugiere Simpson, una vez reactivados los viajes no hay que olvidar un sello de bienvenida renovado y actualizado para los destinos verdes. Hay las directrices, como las que se dialogan en el Consejo Mundial de Turismo y Viajes.

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