No es en las redes
Carlos Luna: No es en las redes.
Adolescentes y adultos jóvenes buscan en redes sociales una guía para enfrentar problemas, como depresión o ansiedad, en lugar de consultar a un profesional de la salud mental o acudir a algún programa de ayuda mutua como Alcohólicos Anónimos o los Grupos de Familia Al-Anon.
“Los debates sobre salud mental han proliferado en redes, sobre todo en TikTok, donde el formato permite videos íntimos y fácilmente digeribles que aparecen en una transmisión algorítmica interminable”, indica un artículo publicado en The New York Times.
Y para quienes buscan sobre trastornos, se ha vuelto cada vez más fácil encontrar definiciones breves y cuestionarios de autoevaluación emocional en línea.
“Una gran preocupación es que los adolescentes podrían estar haciendo autodiagnósticos y planes de tratamiento erróneos en ausencia de una perspectiva profesional”, indica el texto reproducido por Reforma.
“También podrían toparse con información imprecisa o con cuentas que fomentan una conducta perjudicial, como las autolesiones”.
Los profesionales de salud mental dicen estar viendo un repunte en adolescentes y adultos jóvenes que se autodiagnostican enfermedades mentales, lo que incluye trastornos poco comunes, tras “aprender” sobre dichos padecimientos en línea.
“En algunos casos, esta información puede guiarlos a recibir la ayuda que necesitan, pero también puede resultar en que la gente se etiquete a sí misma de forma incorrecta, eludiendo una evaluación profesional y tomando tratamientos inapropiados”. La paidopsiquiatra Magdalena Rodríguez Salinas afirma que son pocos los chicos que comprueban lo que ven en redes, preguntan al psicólogo de la escuela o a sus papás.
“La mayoría que me toca es que dicen: ‘vi en TikTok que yo puedo tener anorexia’, y en vez de pedir ayuda se fueron a buscar cómo seguir bajando de peso”, afirma. “O me dicen: ‘siento que todo me sale mal, creo que me embrujaron, y me puse a buscar en TikTok videos para revertir hechizos’, o ‘me encontré con alguien que dice que no se ocupan medicamentos psiquiátricos, que es mejor un baño de sol o un cuarzo’”. Entran así en la espiral del algoritmo y de la desinformación, advierte Rodríguez Salinas.
“Empiezan a ver videos de cutting o de suicidabilidad, y empiezan a ver más videos con niños depresivos o que se cortan, o cómo esconder que te hiciste daño, o cómo fingir que estás bien o que no vean que acabas de llorar. Son tips terribles”.
La situación empeora si los papás, al darse cuenta, le sacan la vuelta al tema y dejan pasar tiempo antes de decidir acudir con el psiquiatra infantil, ya en un nivel grave. Si un niño, adolescente o joven escuchado expresa que vio algo en TikTok que lo hizo pensar en lo que él vive, lo importante será escucharlo sin juzgar lo que expresa. “Deberíamos tomarlo como una señal de interés por la salud mental”, indica la paidopsiquiatra. “Escuchemos más a nuestros hijos. Si nos están diciendo algo es por una razón.
“No hay que irnos a la conclusión de que es una moda, estás exagerando o te quieres parecer al tiktoker. Eso es peligroso porque podríamos omitir una llamada de auxilio”. Pero hay esperanza, por ejemplo los programas 12 de pasos derivados de A.A., Alanon y Alateen –para adolescentes- pueden ser mucho más recomendables que las redes