¡No tengan miedo!
Carlos Luna: ¡No tengan miedo!.
El papa Francisco dijo a los jóvenes que la Iglesia Católica los necesita y los instó a seguir sus sueños, en el cierre de la Jornada Mundial de la Juventud en Portugal, con una gran misa al aire libre y el anuncio de que la próxima edición se celebraría en Asia por primera ocasión en tres décadas.
La noticia de que Seúl, Corea del Sur, albergará la Jornada Mundial de la Juventud en 2027, fue un reflejo de la creciente importancia del continente asiático. Francisco hizo el anuncio al término de la misa ante un millón 500 mil peregrinos, muchos de los cuales acamparon durante la noche en un parque de Lisboa para poder estar en la gran final del festival católico. Con ellos había unos 700 obispos y 10 mil sacerdotes, según el Vaticano.
Más tarde, antes de partir, Francisco fue a dar las gracias a algunos de los cerca de 30 mil voluntarios internacionales del evento. Se reunieron a orillas del río a pesar del calor de la tarde, que alcanzó los 40 grados Celsius y llevó a las autoridades a emitir una alerta de clima extremoso. Se apegó en gran parte al guion previsto para, aunque volvió a saltarse gran parte de su homilía preparada, continuando con las improvisaciones que han caracterizado su viaje de cinco días a Portugal para presidir la edición en Lisboa de la Jornada Mundial de la Juventud.
Al inicio de su papado de 10 años, Francisco solía salirse del guion e ignorar sus discursos preparados, aparentemente inspirado por el momento para interactuar directamente incluso con enormes multitudes de personas. En los últimos años se ha atenido más a los planes, especialmente en visitas a lugares donde los cristianos son minoría o el público podría no apreciar su estilo informal.
Pero, en Lisboa, ha vuelto a verse en terreno familiar, con muchas personas que pueden seguir con facilidad su español natal y parecen apreciar su forma más coloquial de comunicarse. También parecieron apreciar la enorme asistencia. “No me imaginaba que fuera a venir tanta gente”, dijo Ana García Prat, peregrina española de 23 años, que estaba en Lisboa.
“No me imaginaba en mi cabeza una misa con tanta gente de todos los lugares”. Francisco instó a los jóvenes a seguir sus sueños y no tener miedo de fracasar, un tema que Juan Pablo II repitió a menudo durante su cuarto de siglo de jornadas juveniles.
“A ustedes, jóvenes, que quieren cambiar el mundo, y que quieren luchar por la justicia y la paz”, dijo Francisco. “Que le ponen ganas y creatividad a la vida, pero les parece insuficiente”.
“La Iglesia y el mundo les necesitan, la tierra necesita la lluvia”, afirmó. “¡No tengan miedo!”, puntualizó el pontífice.
Estrellita: el mensaje de Francisco ha sido de inclusión y recalcó que “todos, todos, todos” tienen un lugar en la Iglesia. Eso encaja con su mensaje de que no es un espacio de reglas rígidas que sólo permite la entrada a los que son perfectos, sino un “hospital de campaña” para almas heridas en el que todos son bienvenidos.