|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El lugar donde según la Biblia nació Jesús, normalmente abarrotado, era un pueblo fantasma el domingo pasado después de que las celebraciones de la víspera de Navidad se cancelaran en Belén debido a la guerra entre Israel y Hamas.

No estaban las luces festivas ni el árbol de Navidad que suelen decorar la Plaza del Pesebre, ni tampoco las masas de turistas extranjeros que se congregan cada año por las fiestas en esta localidad de Cisjordania. Decenas de agentes de seguridad palestinos patrullaban la plaza vacía. “Este año, sin el árbol de Navidad y sin luces, sólo hay oscuridad”, dijo el fraile John Vinh, un monje franciscano de Vietnam, que vive en Jerusalén desde hace seis años.

Él siempre iba a Belén por Navidad, pero este año era especialmente sombrío, explicó mientras miraba a un nacimiento en la plaza del pesebre, donde un niño Jesús envuelto en una tela blanca recordaba a los cientos de niños muertos en los combates en Gaza. Había alambre de púas en torno al belén, y los adoquines grises no reflejaban luces alegres ni los destellos de color que suelen llenar la plaza durante las navidades.

Bajo un cartel con la frase “las campanas de Navidad de Belén suenan por un cese el fuego en Gaza”, varios adolescentes ofrecían pequeñas figuras hinchables de Santa Claus, pero nadie los compraba.

En lugar de su marcha musical tradicional por las calles del pueblo, jóvenes exploradores guardaban silencio y sostenían banderas. Varios estudiantes locales extendieron una enorme bandera palestina y se mantuvieron parados en silencio.

Un organista del coro de la Iglesia de la Natividad, Shukry Mubarak, dijo que el grupo cambió gran parte del alegre repertorio musical navideño a himnos más solemnes en tonos menores.

“Nuestro mensaje cada año en Navidad es uno de paz y amor, pero este año es un mensaje de tristeza, dolor e ira ante la comunidad internacional por lo que está ocurriendo y pasando en la Franja de Gaza”, dijo el alcalde Hana Haniyeh, en un mensaje a la multitud.

El pediatra Joseph Mugasa era uno de los pocos visitantes internacionales: “He estado aquí varias veces y es una Navidad bastante singular, ya que normalmente hay mucha gente y muchas celebraciones”, comentó. “Pero no se puede celebrar mientras la gente sufre, por eso estamos tristes por ellos y oramos por la paz”.

Más de 20 mil palestinos han muerto y más de 50 mil han resultado heridos durante la ofensiva aérea y terrestre israelí, según las autoridades en Gaza, mientras que el 85% de los 2.3 millones de residentes se ha visto desplazado. La guerra se agudizó tras el letal ataque de Hamás, del 7 de octubre, contra el sur de Israel, en el que los milicianos mataron a unas 1,200 personas, la mayoría civiles, y se llevaron más de 240 rehenes. Esa, fue también mi Navidad.

Lo más leído

skeleton





skeleton