“Barbie” y el capitalismo rosa

Cesia Rodríguez Medina: “Barbie” y el capitalismo rosa.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

No he visto la película de “Barbie” y no creo hacerlo pronto. Sin embargo, su promoción me ha hecho pensar en una de las vertientes de lo que se conoce como “capitalismo rosa”, bueno, en realidad creo que esta cinta cinematográfica resume este concepto. Antes que nada, a mí me gusta el color rosa, sin embargo, no lo relaciono con el género, tampoco creo haberlo hecho nunca, todos sabemos que se asume que el rosa es para las niñas y el azul para los niños, siendo esta diferencia uno de los estereotipos simbólicos más arraigados en la cultura universal, colores asociados a aspectos profundos de las creencias y normas dentro de la división entre hombres y mujeres, cabe resaltar que no siempre fue así.

Esta diferenciación tiene un origen reciente, la profesora Jo B. Pauletti explica en su libro “Pink and Blue: Tellingthe Boys from the Girls in America” (2012), como fue cambiando drásticamente el uso de estos colores a partir del siglo XIX, de manera visible en la vestimenta, donde inicialmente los tonos pasteles estaban asociados únicamente a los infantes, pero no existía la división por género. Posteriormente, el azul se empezó a considerar para las niñas y el rosa para los niños, vinculando el rosa con el rojo que podría significar fuerza, valor, sangre, etc., y el azul bondad, delicadeza, etc. Esta asociación no permaneció durante mucho tiempo, ya que esta regla cambió cuando a través de la industria manufacturera se definió y promocionó qué color era apropiado para cada género. Así se contribuyó a condicionar y establecer los tonos por género, sin una justificación válida para considerarlo de esta manera, ni la psicología del color ha podido dar una respuesta congruente.

Cuando los negocios comenzaron a obtener ganancias se reforzó la concepción de que a cada género correspondía su color, rosa para las niñas y azul para los niños. Posteriormente, ya no sólo la vestimenta, sino otros productos fueron incorporándose en esta lógica. De esta manera, la industria comercial obtuvo una “buena” respuesta en la sociedad, muchas pueden ser las razones, la influencia de la mercadotecnia o el conservadurismo, entre otras. Ahora bien, la mercancía tiene un significado que cada persona le atribuye, sea la identidad, la pertenencia o la diferenciación, pero en el sistema económico actual no importa que la mercancía vendida siga reproduciendo discriminación, desigualdad, racismo y estereotipos de género, mientras se obtengan ganancias.

Muy claro ha quedado que ahora, como la sociedad del consumo, se ha desatado con el reciente estreno de “Barbie” una tendencia al absurdo de convertirlo todo de color rosa, de ahí que veamos que marcas nacionales e internacionales utilicen este momento para sus beneficios, y yo me pregunto, ¿realmente necesitamos consumir estos productos?, ¿qué beneficios se obtendrán?, pero en cambio, no olvidemos la huella ecológica que provocan estos objetos a la naturaleza.

Lo más leído

skeleton





skeleton