Educación socioemocional (I)

Cesia S. Rodríguez Medina: Educación socioemocional (I)

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Educación y sociedad son dos elementos inseparables, una es espejo de la otra y actúan de forma simbiótica, es decir, mutuamente cooperan para lograr sus beneficios, siendo estos de diversa índole. Sin embargo, no son dos entes que se conduzcan mecánicamente en el sentido estricto de la palabra, sino por el conjunto de individuos que expresan en ellas sus determinaciones, un sistema complejo que da sentido a la lógica humana colectiva.

En este punto se entiende a la sociedad o sociedades como un sistema de interrelaciones que organiza a los individuos, y a la educación como la herramienta que coordina los fines y propósitos de ese sistema, de tal manera que lo que se espera de la sociedad tendrá que operar primeramente desde la institución educativa. Por esa razón elemental se piensa que la educación será el medio principal para recomponer todos los males creados, teniendo en la actualidad un sinfín de estos, tampoco quiero decir que no tenga muchísimas posibilidades de cambiar la realidad social, pero descubrimos que ningún problema a los que se ha unido explícitamente para su resolución ha alcanzado a mitigar los fenómenos más persistentes, como por ejemplo la pobreza, la delincuencia y la violencia, entre otros derivados de ellos como son los problemas de salud mental que en las últimas décadas han generado preocupación debido al incremento de los suicidios como de los altos índices de depresión y de la poca satisfacción en la vida, por esa razón comenzó a desarrollarse un plan nacional que no descartó efectivamente la participación de la educación.

En consecuencia a la problemática se ha optado como urgente atender la salud mental a través de la educación-escuela con los elementos que intervienen directa (personal) e indirectamente (social). Como medidas primarias se incorporaron programas de educación socioemocional desde el curriculum educativo, servicios de atención psicológica, aplicaciones para la prevención del suicidio, talleres y campañas que, sin duda, abrieron camino para que su atención sea una cuestión pública. No obstante, todas estas estrategias fueron insertadas sin una metodología integral, es decir, se llevan a cabo de forma aislada, sin un intercambio que pueda evaluar su efectividad, por eso considero que la educación socioemocional se ha reducido a lo informativo, lo cual no ha priorizado que existan los mecanismos adecuados y eficientes para mejorar la condición de nuestros educandos y educadores, el enfoque se ha reducido a la visibilización.

Por lo tanto, creo urgente reflexionar sobre el paso siguiente, atendiendo la raíz de un problema tan complejo como lo social y emocional, donde posiblemente una de las salidas puede estar en la unión y la responsabilidad compartida, involucrando a todos los elementos en los que se desenvuelve el ser humano, ya sean estos el trabajo, la familia y la cultura, entre otros.(Continuará). 

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