Enfoque por competencias, ¿vigente o no?

Cesia S. Rodríguez Medina: Enfoque por competencias, ¿vigente o no?.

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Como era previsto, luego de la frecuencia con la que surgen los cambios en los sistemas educativos, de nuevo parece que tras más de dos décadas de que comenzó a implementarse “el modelo por competencias” en nuestro medio educativo mexicano, es válido replantearse si aún sigue vigente o ha quedado como muchos otros en el pasado. Este enfoque en un inicio, alejado de la raíz magisterial, pretendía realizar cambios principalmente en el proceso de enseñanza y aprendizaje, de forma evidente en la formación docente, debido a que luego estos desarrollarían con sus herramientas didácticas y pedagógicas las deseadas competencias de los estudiantes.

Pero ¿qué son las competencias? Las competencias fueron explicadas desde diferentes campos, por lo que no podríamos encontrar un concepto universal, sin embargo, entre la principal conceptualización educativa se identificó que una competencia era la capacidad que tiene una persona de movilizar conocimientos, habilidades y actitudes ante una situación básica o compleja, es decir, integra estos elementos para resolver un problema de diversa índole. Con su narrativa parecía que se agregaba algo novedoso, incluso planteaba el cambio para una nueva generación, moldeando el perfil idóneo para que las y los jóvenes se insertaran al campo laboral y a la modernidad tecnológica, se vislumbraba el cumplimiento utópico de que la educación podría de nuevo cambiar el mundo y con ayuda del modelo implementado no cabría duda. Empero no tardó en que se aclarara el origen y la finalidad, en realidad el concepto de competencia surge desde el ámbito laboral, donde se formuló que las y los trabajadores deberían tener la capacidad de adaptarse a cualquier contexto, ser eficientes, dinámicos, resilientes, forzados constantemente a superarse ante cualquier situación; ser “competentes”, es decir, se supera aquel o aquella que piense para sí mismo, se fortalecía el individualismo.

Además, es importante resaltar que el enfoque surge en un contexto de iniciativas de la empresa privada y organismos internacionales que planteaban que las y los jóvenes que egresaban de su formación básica adquirían pocas competencias para su inserción al campo laboral, dando como resultado pocas ganancias y baja producción, desempleo, entre otras problemáticas. De igual forma, este enfoque se reprodujo siguiendo la lógica empresarial asumiendo que la riqueza se puede crear con iniciativa y un poco de imaginación, que bastaba tener la mentalidad de tiburón para ser exitoso y exitosa, se creyó que todos y todas podrían ser emprendedores, que sin recursos económicos ni materiales se podría lograr ser un empresario, seguramente habrá quienes fueron casos excepcionales y lo lograron, pero no podemos hablar de una mayoría de la población en situación de éxito a partir de estas ideas.

A todo esto, como resultado de este enfoque, podemos reflexionar sobre el informe de la prueba PISA 2022, si bien no en su totalidad, pero sí como un atisbo de la necesidad de replantearse este modelo y sus contradicciones.

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