Rodolfo Menéndez; legado invaluable

Cristóbal León Campos: Rodolfo Menéndez; legado invaluable.

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La labor que a favor de la educación realizó el pedagogo cubano Rodolfo Menéndez de la Peña -exiliado en Yucatán (1869) a raíz de su participación en la Guerra de los Diez Años por la Independencia de su natal Cubale permitió ocupar distinguidos cargos y efectuar acciones como: 1) Inspector Escolar Municipal; 2) Prefecto de la Escuela Normal de Profesores del Estado; 3) Visitador General de Escuelas; 4) Miembro del Consejo de Educación Pública; 5) Director de la Biblioteca Manuel Cepeda Peraza; 6) Director de la Escuela Normal para Maestros de Yucatán; 7) Presidente de la Comisión Organizadora del I Congreso Pedagógico de Yucatán de 1915; 8) Escritor, periodista e historiador de la educación.

Ejerció el magisterio en Mérida, Valladolid, Izamal, Sotuta, Progreso y demás poblaciones de Yucatán, impartiendo cátedras, conferencias y divulgando su obra escrita, lo cual, le valió ser conocido y reconocido por el magisterio de la entidad. Como periodista fue redactor del Periódico Oficial de Yucatán; fundador del Sol de Mayo, así como de las revistas pedagógicas La Infancia y La Escuela Primaria; esta última, una de las primeras publicaciones pedagógicas de Yucatán. La producción intelectual de Rodolfo Menéndez fue muy fecunda y puede agruparse de manera general de la siguiente manera: 1) Poesía, cuyo eje es la transmisión de conocimientos a los infantes; 2) Artículos periodísticos; 3) Informes sobre el estado de la educación en toda la geografía yucateca; 4) Ensayos sobre métodos y programas escolares; 5) Libros utilizados en la enseñanza diaria en las diferentes escuelas; 6) Biografías de maestros cuyas aportaciones son visibles en la actualidad; 7) Escritos sobre la historia de la educación; y 8) Editor de revistas pedagógicas como “La Infancia” y “La Escuela Primaria”. Sus escritos son fuente importante de información histórica y pedagógica, que permiten comprender los procesos educativos que se desarrollaron en Yucatán desde mediados del siglo XIX y principio del siglo XX.

Sus planteamientos contribuyen a la comprensión de las dimensiones del pensamiento liberal sobre la educación, al mismo tiempo que ayudan a ubicarnos en la discusión sobre los derechos de los niños, el papel del maestro y su responsabilidad social, el papel de las autoridades y la familia, y en especial la función de la educación en torno a la construcción de los nuevos ciudadanos. Las propuestas pedagógicas que realizó son reflejo del gran ideario pedagógico que desarrolló en sus muchos años de labor a favor de la educación, ideario que encierra reflexiones sobre las necesidades espirituales como físicas que el proceso de enseñanza-aprendizaje requiere para ser completado de forma adecuada. Pero, además, son la muestra de las continuidades y cambios que se han suscitado en el devenir de la historia educativa de la entidad.

Las aportaciones de Rodolfo Menéndez al campo mexicano de la educación, que es una de las esferas fundamentales de su obra en el destierro, llegan al grado de llevarlo a ser designado Benemérito de la Educación Pública en Yucatán (1930), después de valorar su trayectoria como maestro y director de la Escuela Normal que ahora lleva su nombre, distinguirse por la edición de su excepcional revista “La Escuela Primaria” (1886-1907) y presidir el Primer Congreso Pedagógico de Yucatán en 1915, entre otras muchas aportaciones. Falleció el 3 de noviembre de 1928, luego de más de cincuenta años de residir en Yucatán.

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