Apuntes para iniciar el 2023 (II)
Cristóbal León Campos: Apuntes para iniciar el 2023 (II).
La agudización de los procesos políticos y socioeconómicos se evidencia conforme avanza el primer mes de 2023. A continuación, mencionamos algunos otros aspectos: 5. De un tiempo para acá, hemos hecho hincapié en el resurgimiento de las formas neofascistas de la derecha, en especial, de sus representantes en nuestra América. El intento de asalto a tres sedes del poder en Brasilia por partidarios de Jair Bolsonaro –quien se auto exilio en Estados Unidos- el pasado domingo 8, cuyas formas guardan evidente similitud a lo acontecido en Estados Unidos cuando partidarios de Donald Trump provocaron de igual forma destrozos y atropellos a la “democracia” que dicen defender asaltando el Capitolio en Washington, siendo esto una muestra abierta de que la movilización de grupos ideologizados por la exacerbación extremista ultraconservadora, va tomando el molde conocido del fascismo, ya que una de sus expresiones es justamente la participación pública de sus partidarios con acciones violentas que pretenden imponer sus intereses. No se deben cerrar los ojos ante lo evidente y poner la vista hacia otro lado, el avance del neofascismo es un reto para la izquierda, pero también para los propios grupos liberales y progresistas, que dicen buscar el bienestar social.
6. La degradación del capitalismo se expresa a través de esas manifestaciones neofascistas, pues el fascismo es un resultado del sistema y no algo ajeno, al igual que el imperialismo, son expresiones del desarrollo y de la agudización de las contradicciones naturales del sistema, esto lo explicó en reiteradas ocasiones Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel, cuyos tomos revelan en su mayoría análisis profundos y directos del fascismo que vivió en Italia, país donde por cierto, en las elecciones de septiembre pasado (2022) ganó Giorgia Meloni, representante del neofascismo. Un error tradicional es considerar las muestras a favor de esa expresión política como actos de “delirio” individual, por ejemplo, cuando Jair Bolsonaro durante su campaña y posteriormente durante su gobierno realizó actos y expresó ideas con esa orientación, algunos sectores equivocadamente los señalaron con hechos aislados y juzgaron únicamente al personaje y no a la enfermedad, que en este caso sería el resurgimiento abiertamente del fascismo con formas “modernas” y adaptadas a los contextos específicos, pero eso no debemos olvidar que no hay fascismo sin capitalismo.
7. En Perú, la usurpación del poder por parte de la ultraderecha y la imposición de Dina Boluarte –un títere que ahora buscarán desechar a través de procesos legales-, ha mostrado la beligerancia de los sectores conservadores y la oligarquía que utiliza a las fuerzas armadas para reprimir el malestar social que tiene al país andino paralizado en muchas zonas, la protesta y el repudio a la usurpación se va extendiendo por amplias regiones, demandándose el fin del gobierno de facto, elecciones inmediatas y un proceso constituyente para la construcción de un Estado pluricultural, siendo esta última demanda, la que más incomoda a los sectores neofascistas caracterizados por su racismo, clasismo y rechazo al bienestar social. Los peruanos requieren de la solidaridad internacionalista de quienes aspiramos a un mundo mejor.
8. En México, la situación se complejiza, si bien el forcejeo político no alcanza los niveles comentados en otras naciones, sí es posible observar la pérdida de formas tradicionales de oposición y gobierno, llegando a situaciones que deben servir de alerta ante la proximidad del proceso electoral de 2024. (Continuará).