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Fragmentos, silencio, nada. La vida se esfuma, la risa oculta el dolor, miedos, siempre el miedo, silencio, la voz no se escucha; ¿qué nos hizo despojar a la palabra de su poder de comunicar? Silencio, nuevamente el silencio, esta noche es más oscura, la humanidad peligra, hace mucho que peligra; ¿cuándo estaremos conscientes de nuestra auto-destrucción? Las huellas se borran con cada oleaje, callar no siempre es resistir, en ocasiones significa un ya no más, fragmentos, nada.

Hablar es expresar, las palabras nombran; ¿cómo saber cuándo el dolor ha cubierto el corazón? La humanidad peligra, siempre ha peligrado, la muerte ha dejado de significar, el olvido vence a la memoria; ¿repetiremos los mismos errores si ya hemos vivido las lecciones? Efímera es la consciencia cuando se calla ante la realidad, para el simple es más fácil juzgar, para el humilde es prioritario comprender, todo es efímero en la medida en que dejamos de ser humildes, la soberbia enferma a la razón, saber que hay más de lo que vemos es aceptar la condición humana de la realidad.

Escuchar, observar, comprender, aprender, palabras que usamos con frecuencia; ¿pero somos conscientes de su significado? La educación debe ser el eje de la transformación social, la cultura es la bandera por la cual podremos llegar al renovar la esencia humana, utopía realizable un mundo mejor, el mar de la tecnología nos conduce al incierto camino de la fragmentación, la memoria es conocimiento, la razón es espíritu de la humanidad, si continuamos permitiendo la relativización de la vida aceptamos que se fragmente la humanidad y peligra si nos permitimos olvidar.

La educación necesita más educación y menos política, educar no es simplemente transmitir conocimientos específicos, educar es tocar el alma para transformarla, las instituciones dicen educar, pero se pretende encajar en moldes lo que siempre ha sido diverso. Educar es dar cauce a los sentidos para que desborden al corazón, fragmentamos la vida si la hacemos estadística, impulsamos a la sociedad cuando reconocemos los saberes de otros escuchando sus silencios, callar es una manera de decir, digamos escuchando a la humanidad.

La realidad duele, duele mucho, pero nosotros hacemos esa realidad, la historia es humana, somos nosotros los que movemos las ruedas que hacen andar a las sociedades, el dolor es humano, el llanto es un síntoma de estar vivos, aún estamos vivos, la fragmentada visión de la realidad esconde lo complejo de los hechos cotidianos, duele, duele mucho, pero así como se construye por nuestros actos, así también puede transformarse con nuestros actos; ¿a dónde iremos? Caminamos el incierto sendero de la vida, la humanidad es un misterio en el sentido de su constitución permanente, el dolor de hoy dará lugar a la sonrisa del mañana. La humanidad peligra, la fragmentamos, la hacemos un acto corrupto de su propia naturaleza, no advertimos el mensaje de los sentidos.

La humanidad peligra porque hemos permitido que se convierta en un producto más, consumimos instantes, miramos perplejos, vivir es reconocer que a cada momento le corresponde mucho más de lo que vemos, lejos de los fragmentos la humanidad está compuesta de la memoria que le hace reflexionar y valorar, los sentidos son reflejo de los pensamientos y nuestras ideas se nutren de los sentidos, salvar a la humanidad es un acto de los sentidos que debemos pensar. Fragmentos, silencio, nada. HOY NECESITAMOS MÁS HUMANIDAD.

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