Ayer se cumplieron nueve meses del recrudecimiento del genocidio que comete el sionismo israelí contra el pueblo y la nación de Palestina, y reitero la palabra recrudecimiento, pues este etnocidio descarado data de siete décadas atrás, y lo que ahora presenciamos es una fase mayor de la deshumanizada política del Gobierno de Israel, que sumido en sus propias contradicciones exacerba su brutalidad.

Hoy Israel, a pesar de tener uno de los considerados Ejércitos mejor preparados y contar con armamento de vanguardia, depende casi en absoluto de los millones que le otorga el imperialismo estadounidense para sus acciones bélicas. La debilidad del Ejército israelí quedó manifiesta el 7 de octubre del pasado año, cuando Hamas atacó y evidenció las carencias defensivas, dejando el orgullo herido y cuya “venganza” continúa hasta ahora. Una parte de la población de Israel concibe la debilidad de su Ejército a la hora de defenderse, algo que ha generado, entre otras reacciones, la eliminación de la exención militar de los judíos ultraortodoxos, que estuvo en vigor desde 1948, siendo ahora reclutados para las acciones militares. Además, este sentir sobre el Ejército ha agudizado la división política en el Gobierno de Benjamín Netanyahu, quien ya ha cambiado a altos mandos militares y se encuentra enfrentado con sectores políticos que junto a un elevando porcentaje de la población pide su cese del Gobierno.

Israel vive una crisis económica que ya desde antes del 7 de octubre pasado había generado protestas contra Netanyanhu, pero ahora tras nueve meses del recrudecimiento del genocidio, su economía se ve mermaba y las afectaciones a la población generan inconformidad, algo que se va cultivando y se manifestará como una crisis mayor en un plazo no tan lejano.

Es importante señalar que el lobby sionista pierde poder en el mundo ya que, a decir de diversos analistas, la juventud judía en el mundo ha comenzado a marcar distancia del sionismo y el Gobierno de Israel, participando de forma activa en las manifestaciones globales que exigen un inmediato alto al fuego, el fin del genocidio y justicia para Palestina, y cada vez se divulgan más noticias sobre judíos participantes en las acciones a favor del pueblo palestino, quienes al igual que la población mundial enfrentan la represión gubernamental de los pases aliados al sionismo y la censura mediática de los grandes consorcios de comunicación, ante los cuales las redes sociales se han convertido en el campo de batalla ideológica y política, permitiendo se conozca mucho más la verdad sobre el genocidio y la inhumana política gubernamental de Israel y el imperialismo estadounidense.

Es también de notarse que esa pérdida de credibilidad y apoyo de las comunidades de judíos en el mundo, especialmente de una parte de los judíos en Estados Unidos, significa un duro impacto a la inmunidad e impunidad que hasta ahora había logrado mantener durante décadas el sionismo, siendo que en el contexto actual electoral de EE.UU. resulta evidente la afectación a la preferencia de la población votante, pues hoy Joe Biden enfrenta una crisis por su estado de salud y por la pérdida de la preferencia en amplios sectores sociales, y es justamente la juventud estadounidense en conjunto con una parte de la juventud judía en esa nación quienes han encabezado las grandes movilizaciones y protestas a favor de Palestina; el epicentro de la rebeldía contra el genocidio subyace en el mismo país que subvenciona ese crimen de lesa humanidad; una aparente contradicción, pero no una casualidad.

Ya son nueve meses de esta fase desalmada del genocidio sionista-israelí contra Palestina, ha estas fechas ya son más de 38 mil las muertes y 87 mil los heridos, cifras que se incrementarán a diario mientras la impunidad sigua dejando el campo libre a tanta inhumanidad. ¡Palestina será libre!