El otro rostro de las olimpiadas (y II)
Cristóbal León Campos: El otro rostro de las olimpiadas (y II)
Muchos son los aspectos a analizar sobre la geopolítica y el deporte, pero una indiscutible utilización mercantil y de poder económico rige las competencias deportivas occidentales desde hace mucho, pero mucho tiempo:
5. En este contexto, en el que las guerras y las disputas de los monopolios acrecientan la desigualdad entre las naciones, no debemos obviar que en los Juegos Olímpicos también está presente el debate de ideas y las muestras concretas que diferencian un sistema del otro, así, capitalismo y socialismo también tienen su escenario de confrontación, y no es revivir “viejos sueños” como argumenta la maquinaria mediática de occidente, sino es reconocer que el socialismo es una fuerza viva en el mundo y que países como Cuba -a pesar del bloqueo genocida impuesto hace décadas por el Imperio estadounidense y más allá de las constantes agresiones neofascistas- logran obtener resultados sobresalientes en un mar de complejidades, por ejemplo, el triunfo del pentacampeón de lucha, Mijaín López Núñez, demostró que existe una cultura deportiva que no está regida por la comercialización del atleta y su conversión en una mercancía deshumanizada, pues muy al contrario la cultura socialista del deporte centra su desarrollo en la consumación plena del ser humano, no en la obtención de capital, por eso tras obtener su quinta medalla de oro el luchador cubano señaló a su pueblo y a Fidel Castro como los constructores de esos triunfos, algo muy lejano a la individualización capitalista. Mijaín dejó muestra de la conciencia colectiva proletaria y socialista, aunque como se sabe esto último fue ocultado por los monopolios de desinformación y más todavía sus menciones al legado del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana. Es justo, además, recordar que en Cuba más del 20% del PIB se destina a la cultura y el deporte, algo no visto en muchos países “desarrollados” de occidente.
6. Antes de las olimpiadas y durante ellas, una serie de protestas se realizaron por parte del pueblo francés, en especial de la población parisina, pues en Francia lleva años la lucha de la clase trabajadora por mejores condiciones de vida, así como por diversos fenómenos socioeconómicos que acontecen a su interior, ya que así como a París se le conoce como la Ciudad de la Luz, también es una de las urbes cuyo índice de racismo es mayor y en la que convergen buscando la sobrevivencia miles de inmigrantes de naciones africanas que se ganan la vida en trabajos precarizados o francamente en labores informales (un eufemismo para nombrar trabajos perseguidos por la “legalidad” del poder), y más en el contexto de las recientes elecciones de la Unión Europea y de Francia, en las que los sectores conservadores y las izquierdas liberales-socialistas se disputan los puestos de poder y las políticas públicas. Asimismo, en París y otras partes del país galo se vivieron manifestaciones a favor de Palestina y contra el genocidio que comete el sionismo, mismas que sufrieron la represión policiaca y política. No se olvide que París es siempre un laboratorio social de grandes cambios globales.
7. La lógica mercantilista que se impregna en el deporte por el sistema capitalista hace que el deportista se convierta en una mercancía, se le despoja de su carácter humano buscando se convierta en una máquina de fuerza y habilidad, dejando a un lado el aspecto emocional y psicológico de las y los atletas, lo que se ha podido constatar en diversos casos, en los que las y los participantes se retiran de la competencia por la presión sobrehumana que les pesa encima, muchos campeones o deportistas años después de las competencias han revelado el daño psicológico que presentan por esa carga excesiva que pende sobre ellas y ellos; nadadores, gimnastas, luchadores y en todas las disciplinas hay casos similares, y claro, cuando algunos de las y los deportistas logran sobreponerse a esa carga son utilizados como botón de muestra para “justificar” el sacrificio (eufemismo de explotación) realizado por el éxito, y eso es lo más peligroso, ¿pues un deportista de ese nivel sin “éxito” en qué es convertido? Es muy diferente la lógica de mercantilización y alienación de un deportista hecha por el capitalismo, a la política de cultura deportiva del socialismo, y sin pena háganse los análisis por los incrédulos.