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En pocas horas darán inicio nuevos gobiernos en México, la primera Presidenta de la nación tomará el poder y tendrá bajo sus hombros la responsabilidad de ser la representante de millones de votantes que eligieron la opción política de Morena que hoy es mayoritaria, junto a los cambios en varios estados de la República, que de igual forma renovarán el poder a través de las gubernaturas. La llegada de la primera Presidenta significa un logro en una sociedad marcada por el machismo estructural del patriarcado. Quizás sea una pequeña grieta, pero no deja de ser significativa.

En el caso de Yucatán, el nuevo gobierno de Morena responde al malestar socioeconómico y cultural que se acumuló durante los sexenios pasados, sobre todo el último, en los que las políticas neoliberales agudizaron una serie de contradicciones sistémicas que llevaron al rechazo de los partidos tradicionales (PRIAN) por parte de los electores, y el partido guinda presenta en su seno una convergencia de fuerzas de izquierda que acompañaron y también en causaron luchas diversas por los derechos de muchos sectores de la sociedad. Y aquí cabe recordar que la izquierda debe ser entendida mejor como las izquierdas, y que eso responde a una diversidad de formas de lucha y de hacer política que no se simplifican en un blanco y negro, aunque sí se pueden notar en sus principios éticos a la hora de actuar ante la sociedad.

Los nuevos gobiernos afrontarán un sinfín de temas pendientes en la agenda política si se quiere la reivindicación de la clase trabajadora y de los sectores populares, así como un desarrollo social con una perspectiva humanista, entre los que se encuentran las pensiones y las jubilaciones; la educación pública; la jornada de 40 horas; el respeto a los derechos de los pueblos originarios y afrodescendientes; el combate a los feminicidios; el derecho a la salud en general, y mental en especifico; la pobreza de millones de seres humanos; la explotación laboral; la corrupción; la postura congruente en política internacional ante los conflictos bélicos y las agresiones genocidas; el derecho a la vivienda; los derechos laborales; la creciente violencia social y del crimen organizado, así como la violencia de Estado; el narcotráfico; el despojo de territorios; los derechos reproductivos y de la diversidad; la sobreexplotación de los recursos naturales, lo que además conlleva al incremento de la crisis climática; las y los desaparecidos, y una enorme lista de asuntos por resolver, y claro, bajo una perspectiva franca de que las fuerzas de izquierda que integran Morena son en su minoría anticapitalistas y en su mayoría lo que se llama reformistas.

El nuevo gobierno de Yucatán deberá afrontar una serie de procesos de acumulación de riqueza en manos de una élite de la burguesía aliada al gobierno panista, que se apropió de territorios, despojó a las comunidades a través de medidas tramposas, desarrolló un claro desprecio por la cultura y las artes populares, y generó un abandono casi completo de los programas editoriales, de fomento a la educación y a la cultura que habían demostrado su validez y alcance, al igual que un uso burdo y eufemístico del discurso sobre la cultura maya, pues la discriminación y el desprecio se incrementó con el despojo de territorio y la implementación de proyectos que no tomaron en cuenta a los pueblos y sí presentan daños ecológicos y socioeconómicos para la población maya, sin olvidar el desprecio por la memoria y el patrimonio histórico. Además, la capital del Estado, así como las principales urbes, han entrado en una dinámica acelerada de gentrificación que ha excluido a los pobladores originarios y ha favorecido procesos de dolarización de la economía (aunque no se reconozca), lo que ha originado que Mérida sea una de las ciudades más caras del país.

Todo esto, sin olvidar que muchos trabajadores de diversos sectores fuimos despojados de nuestros derechos laborales, siendo despedidos o reprimidos por la derecha ante las diferencias ideológicas, algo que no debe repetirse si se quiere una sociedad justa. Es largo el camino para los nuevos gobiernos, pues apenas iniciarán…

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