El color que no respetamos de la Bandera
Daniel Uicab Alonzo: El color que no respetamos de la Bandera.
Hoy celebramos el Día de la Bandera, que junto con el Escudo y el Himno Nacional, son los símbolos que nos representan y unen como nación. Aprendimos desde niños que nuestro lábaro patrio representa el espíritu de unidad, valor y patriotismo, que es un elemento unificador; una expresión auténtica de nuestros orígenes, así como del deseo de fortalecer el sentido de identidad nacional, como país independiente y soberano.
Siempre, en uno de sus tres colores quedó representado el anhelo de la unión: en la de Iguala, surgida en 1821 con Iturbide y Guerrero tras la consumación de la Independencia, fue el rojo; a mediados del siglo XIX, con Benito Juárez en la Presidencia, se cambió al blanco, y se confirmó por la ley del 24 de febrero de 1984. El blanco, pues, es el color de la unidad, es decir, algo que no debe fragmentarse o destruirse, por el contrario, tratar de preservarla y consolidarla como premisa fundamental que nos legaron quienes forjaron esta nación aun a costa de su vida.
Esa palabra y toda la esencia que encierra es lo que hoy más que nunca hace falta en nuestra nación: la unidad que nos fortalece y vivifica para alcanzar nuestros objetivos. Lamentablemente, tenemos una patria dividida por colores, partidos, religiones, intereses. Enemistades, odios, rencores y resentimientos abonan en tierra fértil para la desunión: de norte a sur y de océano a océano agraviamos así a nuestra Bandera, en ese albo color que contiene nuestro Escudo y en todo lo que significa el lienzo nacional, que debería unificarnos para un bien común. No es sólo homenajearla, portarla en los uniformes; enarbolarla y verla ondear en cualquier lugar debe motivarnos a recuperar ese sentido de alianza y unidad que requerimos como mexicanos.
Sin embargo, privan hoy en el ambiente el malestar, el encono, la polarización, el desencuentro y la desunión alentados desde las más altas esferas del poder –donde debería pugnarse por la unidad y la concordia para consolidar un proyecto de nación, si lo hubiera– y en el ámbito político (donde hasta por el protocolo de una escolta en su sede se enfrentan los legisladores), lo cual permea en otros grupos de la sociedad, en las familias, en el ciudadano común. Los desencuentros llevan a extremos de romper lazos, cada quien en defensa radical de su opinión sobre cualquier tema: economía, seguridad, salud, educación, elecciones; hasta en los que no nos atañen directamente, porque lo de hoy es opinar diferente, contradecir y descalificar al otro. Pero así, con esa postura de “divide y vencerás”, no se puede construir, progresar y avanzar, ni como país ni como individuos.
Ondea hoy la insignia nacional en cada rincón de México, se le homenajea en escuelas y dependencias de Gobierno (como a diario en los cuarteles y buques) recordándonos que es el emblema por excelencia de nuestra nación, esencia de nuestras raíces y el devenir de nuestro pueblo. Hagamos realidad la alegoría de sus colores, preservemos la soberanía, la independencia y, sobre todo, la unidad.
Anexo “1”
A ritmo de cumbia
A propósito del respeto a los símbolos patrios, hace siete años escribimos acerca de cómo un toque militar con el que se iza y arría la bandera en cuarteles del Ejército y en buques y dependencias de la Armada indignó a mucha gente.
El “toque de Bandera” fue tendencia en redes sociales por estas fechas en 2016, debido a un spot de Televisa en el que puso ritmo de cumbia este toque militar para difundir imágenes con la Enseña Nacional como protagonista en diversas escenas, con motivo del Día de la Bandera.No creo equivocarme si digo que muchos que criticaron el que se haya trivializado (que eso fue) ese toque, aplauden otros hechos como el uso indebido del lábaro patrio.
Quienes sí saben que ni la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, ni el Código Penal Federal regulan los toques militares opinaron favorablemente sobre el promocional que, por cierto, Televisa siguió capitalizando los días siguientes, aun cuando la Sedena subió a su página de YouTube otro video, pero más institucional.
Recuerdo que hace algunos años, cuando se estableció que se izara y arriara la Bandera en la plaza principal de Mérida, a cargo de la policía estatal, un grupo de agentes 'invitaba' a la gente a ponerse de pie durante ese acto, gesto que fue cayendo en desuso y ahora es como las llamadas a misa.No me desagradó el spot del toque de bandera a ritmo de cumbia; veo el fondo, exaltar el amor a un símbolo patrio, no la forma, que sólo resta cierta solemnidad a un toque militar.