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Ayer se conmemoró el Día de la Marina Nacional, para reconocer a quienes contribuyen al desarrollo del sector marítimo nacional en nuestros litorales y mar patrimonial. La nacionalización se concretó el primero de junio de 1917, cuando se dio cumplimiento al artículo 32 constitucional, el cual señala que:“Para pertenecer a la Marina nacional de guerra y desempeñar cualquier cargo o comisión en ella, se requiere ser mexicano por nacimiento. Esta misma calidad será indispensable en capitanes, pilotos, patrones y primeros maquinistas de los buques mercantes mexicanos (…)”.

A últimas fechas, la Armada (dependencia en la que se centra esta efeméride, aunque su día oficial es el 23 de noviembre) ha estado más visible ante la población, no sólo por las diversas actividades que el Gobierno Federal le ha encomendado en los últimos años, sino también por el creciente interés de los jóvenes (mujeres y hombres) de ingresar a los planteles navales o formar parte de las tripulaciones e iniciar la aventura de surcar los mares en esta institución, donde se refleja la diversidad de género, raza y cultura, que se representaensus grados y ramas.

Hay muchos aspectos poco conocidos de la Marina, como sus tradiciones –que reflejan el espíritu de cuerpo y amalgaman la fraternidad– y las rutinas, particularmente en los barcos. Aquí mencionamos algunos.

En los buques la mayoría de los compartimentos son estancos y se circula en sentido inverso a las manecillas del reloj, esto es para evitar colapsos durante algún ejercicio o maniobra. Las llamadas a bordo se realizan con el silbato marinero, que entre las tradiciones marineras es el símbolo de autoridad, con el cual se transmiten las órdenes al personal.

Las prácticas y ejercicios se llaman "zafarranchos", como los de combate, contraincendio, abandono de buque, Etc. El más frecuente y ejemplo de sincronía, en donde participa toda la tripulación, es el de “babor y estribor de guardia”, que se realiza a zarpe, atraque o fondeo de la embarcación.

Los capitanes y oficiales duermen en camarotes, algunos individuales o compartidos entre dos o cuatro; las clases y marinería, en amplios compartimentos llamados sollados, ubicados en proa, centro y popa, generalmente en literas de hasta tres niveles. 

Las faenas a bordo, en los puertos, se realizan de ocho de la mañana a 12:45 horas y de tres a cinco de la tarde. Los alimentos ("el rancho") se sirven: el desayuno a las siete de la mañana; la comida a la una de la tarde y la cena a las seis de la tarde. 

Los marinos embarcados utilizan diferentes uniformes y equipo, según el clima, el lugar donde se encuentren y la maniobra o zafarrancho que se ordene. En el uniforme blanco tradicional y más conocido, las tres franjas blancas en la solapa se refieren a las victorias obtenidas por el almirante Nelson en Copenhague, Aboukir y Trafalgar. El pañolón alrededor del cuello es la herencia del pañuelo que usaba la tripulación para secarse el sudor y el agua del mar en los tiempos antiguos, ahora simboliza el lazo de hermandad de los navales, y el nudo, que es un cuadrado, representa los cuatro puntos cardinales de la Rosa de los Vientos.

Aunque por lo general la efeméride se centra en las marinas de guerra y mercante, muchas actividades se realizan en este marco, como la extracción de hidrocarburos, la pesca, protección al medio ambiente marino, investigación científica, tráfico marítimo, seguridad en la mar y actividades turístico-recreativas, entre otras. Por ello, el reconocimiento y la felicitación es también para esta gente que con su labor contribuye al desarrollo de nuestra nación. 

Anexo “1”

La ceremonia

La celebración oficial del Día de la Marina se realizó ayer en Tamaulipas, encabezada por el Presidente y el Secretario de Marina. Desde temprano, en las instalaciones de la Primera Región Naval, en Ciudad Madero, se realizó la habitual conferencia del titular del Ejecutivo.

Poco después, a bordo del buque “Papalopan” de la Armada, se dio paso al acto oficial en el que destacamos la participación de dos  mujeres: la cadete de primera, Ailyn Michel Álvarez de la Garza, del sexto semestre de la carrera de Piloto Naval de la Escuela Náutica Mercante de Tampico, con la evocación a los marinos caídos, en alusión "al marino que sólo tiene por compañía la inmensidad del mar y las estrellas de la bóveda celeste" y  "a las mujeres y hombres que tienen como morada el mar profundo y sus aguas agitadas o tranquilas".

Mientras que la capitán de altura Ana Laura López Bautista, coordinadora general de Puertos y Marina Mercante de la Semar, hizo una semblanza de la efeméride y señaló que "la Marina nacional vive un momento crucial", que se han logrado importantes avances, pero "quedan muchas millas que navegar para la consolidación de México como la potencia marítima y portuaria que sabemos puede llegar a ser".

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