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Llegué a su capital, Chetumal, hace 42 años, apenas siete años de que Quintana Roo fuera declarado Estado Libre y Soberano. En ese septiembre del ya lejano 1981, Belice celebraba su “independencia” de la corona británica, mientras que la novel entidad iniciaba un gran despegue para dejar su aislamiento, de la mano del entonces joven gobernador Pedro Joaquín Coldwell.

Eran los años dorados de la zona libre de Chetumal, pletórica de comercios en la icónica avenida Héroes. Artículos, ropa y diversos productos y mercancías de China, Singapur, India, Dinamarca, Inglaterra y hasta de Estados Unidos se encontraban en los negocios establecidos desde el céntrico mercado “Altamirano” hasta la avenida Carmen Ochoa de Merino, donde “El Palacio de las Pelucas” era un referente para llegar al Palacio de Gobierno, frente a la tranquila bahía y el muelle fiscal.

La modernidad llegó con el desarrollo, aunque en algunas zonas, como “Las Casitas” y el bulevar (que entonces sólo llegaba hasta “Dos Mulas”, la mitad de lo que es ahora), se conservaron viviendas de madera, de estilo caribeño, mezcla de inglés y francés.

Paradójicamente, este estilo se está aprovechando para convertirlos en cafés o restaurantes que reivindican el aporte de los primeros pobladores de lo que antes se llamó Payo Obispo. La Armada de México, en ese entonces con un Sector Naval en la Héroes, dos compañías de Infantería de Marina en la Av. Insurgentes, y cuatro buques patrulla en el muelle, era (es) una institución muy apreciada y respetada por la comunidad, pues se le considera fundadora de Chetumal, por el almirante Othón Pompeyo Blanco, nombre que adoptó el municipio.

Regresar de cuando en cuando a esa tierra donde nacieron dos de mis hijas y tenemos familia y amigos, siempre trae la nostalgia y gratos recuerdos de aquellos buenos tiempos de trabajo y estudio, y donde comenzamos a formar nuestra familia nuclear. Lo lamentable es que, de algunos años a la fecha, parece que la capital quintanarroense entró en una especie de letargo, salvo por algunas obras de infraestructura, como la remodelación de la tantas veces citada avenida Héroes, la ampliación del bulevar bahía y el surgimiento de escuelas de nivel superior.

El crecimiento de Chetumal ha sido acelerado en la última década, con nuevas colonias y fraccionamientos. El cercano pueblo mágico de Bacalar y la construcción del tren maya, sin duda serán detonadores del turismo en beneficio del municipio Sin embargo, hay dos tareas que tiene pendientes la autoridad municipal para mejorar la imagen. La primera es de fácil solución: la reparación y/o repavimentación de calles y avenidas, ya que la mayoría se encuentran muy deterioradas y si se esquiva un bache, inevitablemente se caerá en otro igual o más grande.

El otro asunto pendiente es el transporte urbano, que hoy prácticamente no existe, pues los amos y señores de este servicio son los taxistas y su poderoso sindicato, que por años ha mantenido en jaque a las autoridades. A este asunto nadie le ha querido poner “el cascabel al gato”, y no pueden, porque en época electoral se sirven de ellos y… “favor con favor se paga”.

Pero los habitantes de Chetumal merecen contar con otra alternativa, no sólo taxis. Se puede, alcaldesa Yensunni Martínez, voltee a ver a Mérida, donde el Gobierno del Estado metió al aro a los concesionarios y hoy la ciudad y la zona conurbada cuenta con un servicio integral, sustentable, eficiente y de calidad. Quizá hasta le sirve de bandera si desea reelegirse.

 Anexo “1”

 Quinta Roo, casi medio siglo

Y el próximo año Quintana Roo cumplirá medio siglo de haberse convertido en Estado Libre y Soberano. La pregunta es ¿hay algo que festejar? Porque, además de la capital, que casi siempre ha sido olvidada por el Gobierno en turno, Cancún es la capital económica (y todo el municipio de Benito Juárez) y de interés particular de los gobernadores.

Sin embargo, Cancún se ha convertido en una ciudad muy compleja y difícil para vivir y trabajar, debido a que su gran crecimiento y ser el principal destino de México del turismo extranjero (capta más del 46 por ciento) conlleva problemas como la delincuencia, que por momentos rebasar a las autoridades.

Otros municipios cercanos, como Solidaridad (Playa del Carmen) y Tulum, también reportan cotidianamente hechos violentos. Además, el problema de los taxistas con los de Uber sigue latente y es una mala imagen para los visitantes, que han vivido episodios de terror.

 Todos deseamos un mejor futuro para el aún joven Quintana Roo, que este domingo 8 de octubre cumple 49 años; que como dice su himno: esta tierra que mira al oriente, que tiene selva, mar, historia y juventud, sea un lugar de paz para un pueblo libre y justo bajo el Sol. 

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