Trágica “novatada”
Daniel Uicab Alonzo: Trágica “novatada”.
En la primavera de 1973, como parte de nuestro adiestramiento básico en la Escuela de Grumetes del Centro de Capacitación de la Armada, en Veracruz, cincuenta aprendices de marineros acudíamos por las tardes, después de las academias, a prácticas de boga por el muelle de calafates, en embarcaciones del Cañonero “Durango”, y otros cincuenta, a natación, en el playón, muy cerca de nuestro plantel. Cada brigada, con su oficial al mando.
Esas prácticas se realizaban por la tarde porque en las mañanas únicamente teníamos clases. Quienes íbamos a natación salíamos con chalecos salvavidas y durante la actividad nunca nos permitían quitárnoslo, supiéramos o no nadar. El cuidado era extremo, nuestro Oficial de Brigada siempre estaba atento: a que las condiciones del mar fueran propicias, que no rondaran embarcaciones a motor cerca y no nos alejáramos del grupo. Nunca se suscitó algún incidente con ese centenar de chamacos de entre 16 y 18 años.
Lo mismo ocurría a bordo de nuestros primeros barcos cuando se realizaban prácticas de natación en puerto: los “tritones” instruían a los que apenas sabían flotar, con un “cabo de vida”, siempre bajo el ojo avizor de los oficiales de división. No exagero al afirmar que el cuidado del personal, tanto en faenas, prácticas, maniobras, adiestramientos y operativos, es un aspecto toral en todas las unidades de superficie (buques), aéreas (aeronaves) y terrestres (Infantería de Marina) de la Armada de México.
Estos recuerdos afloraron al conocer la noticia de que siete reclutas de la Guardia Nacional perdieron la vida ahogados en una fuerte marejada en Ensenada, BC, por la “negligencia” –digámoslo de forma amable– de un mando del Centro de Adiestramiento “El Ciprés”. El pasado martes, el general Luis Crescencio Sandoval, titular de la Sedena, dijo que la “novatada” es una hipótesis del caso, que el único detenido es el director de ese centro de formación y “se indaga si el incumplimiento de los procedimientos establecidos en el reglamento de adiestramiento constituye un acto de desobediencia punible”.
En este contexto, en agosto del año pasado comentamos sobre las novatadas y abusos exhibidos en la película “Heroico”, que levantó algo de polémica, y señalamos: “tiende a exagerar eventos o situaciones, ya sean positivas o negativas, para atrapar al espectador. Sólo quienes han vivido esas experiencias y egresado de alguna carrera naval o militar pueden valorar todo lo que implica la formación, sui géneris, en las escuelas y centros de capacitación militares”.
Sigo pensando igual, pero parece que aún hay militares que permiten denigrar, la fatiga extrema y hasta el abuso de autoridad hacia el personal bajo sus órdenes, que son acciones que contravienen las leyes y reglamentos de las fuerzas armadas. Como ejemplo, el artículo 8 de la Ley de Disciplina de la Armada dice: “El ejercicio del mando debe ser firme, pero al mismo tiempo razonado (…) y serán sancionados: I. Todo rigor innecesario y la imposición de sanción no determinada por las leyes o reglamentos. II. Las exigencias que sobrepasen las necesidades o conveniencias del servicio. III. En general, todo lo que constituya una extralimitación por parte del superior hacia sus subalternos”. Nada justifica poner en riesgo al personal.
Anexo “1”
Luto en la familia naval
Nuevamente la familia naval está de luto con la pérdida de al menos tres efectivos de la Armada (dos mujeres y un hombre), producto de la caída de un helicóptero “Panther” integrado al binomio (buque-aeronave) en la patrulla ARM “Juárez”, en altamar, cerca del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán.
De acuerdo con la revista digital Helicopters Magazine (https://n9.cl/8g1kdq), los Airbus ASS65 Mbe “Panther”son considerados"una de las aeronaves más versátiles, seguras e icónicas de la Armada de México, participando de forma efectiva en operaciones de patrulla marítima, tanto en binomio con buques como en trinomio con otras patrullas interceptoras". La Marina los utiliza desde el 2014 y actualmente son su segunda flota de helicópteros más grande y moderna.
Y al día siguiente, un helicóptero MI-17 de la Semar realizó un aterrizaje de emergencia entre la comunidad de Baila y el Espinal, en Sinaloa, tras golpear con sus aspas un cableado de la CFE. La dependencia naval informó que el personal se encuentra bien y la aeronave no sufrió daños.
Estos percances nos recuerdan que soldados y marinos arriesgan su vida no sólo en operaciones de alto impacto como en la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, sino también en acciones de auxilio a la población civil, en el rescate de personas y la protección de sus bienes, o en sus tareas cotidianas como garantes de la soberanía nacional en nuestros mares y costas.
Abrazo solidario las familias de las víctimas.