Va y Ven: asientos “exclusivos”

Daniel Uicab Alonzo: Va y Ven: asientos “exclusivos”.

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Es un hecho que la movilidad urbana en Yucatán dio un giro de 180 grados con la incorporación, desde hace un par de años, del nuevo sistema de transporte llamado Va y Ven, con suficientes y modernas unidades, incluso eléctricas (Ie-Tram), así como nuevas rutas y la reconfiguración de otras; Además de las nocturnas, una necesidad imperante de muchos usuarios de la capital yucateca y los municipios conurbados, que serán cubiertas por “Mini Va y Ven”, unidades eléctricas. Así, lo que inició en el Circuito Periférico ha avanzado hacia toda la ciudad, 22 comisarías y cinco municipios, según datos del Gobierno estatal.

Estas modernas unidades, anunciadas como de vanguardia, con monitoreo en tiempo real mediante una App para dispositivos móviles, cuidado al medio ambiente, accesibilidad universal y cobro electrónico, conexión a internet y aire acondicionado (que tanta falta hace por el clima imperante en la región), son ahora parte del paisaje urbano citadino, que hacen destacar los pocos vetustos camiones que aún no han sido reemplazados. La nueva distribución de paraderos permitió acelerar el tiempo del recorrido, aunque faltan muchos para proteger del sol y la lluvia a quienes esperan abordar.

Con este cambio también se dignificó el trabajo de los camioneros (operadores, es el eufemismo que les gusta), a quienes se les capacitó en la conducción de las modernas unidades y se les sensibilizó en su trato a los usuarios –especialmente hacia los discapacitados y el respeto a los peatones y ciclistas–; ahora están bien uniformados y presentables, además se les mejoró el sueldo y sólo cumplen su turno sin “dobletear” cuando falta el relevo, de lo que muchos se quejaban.

Hasta ahí todo está bien de parte de las autoridades. Pero, como siempre decimos, falta que la ciudadanía, los usuarios, pongamos de nuestra parte para que este importante servicio no decaiga. Esto incluye cuidar las unidades, evitar consumir alimentos a bordo, no dejar basura y, algo muy importante: respetar los asientos preferenciales ("exclusivos") para adultos mayores, mujeres embarazadas y niños, así como los espacios para personas con discapacidad y problemas de movilidad.

Sin embargo, estos asientos de color azul –en algunas rutas hay incluso de color rosa, para las mujeres– y otros rebatibles en espacios frente a la puerta de descenso, no siempre son respetados, pese a los distintivos y señalética –algunos ya no lo tienen, ojo autoridades del Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial (Imdut)–, pues muchas veces jóvenes los ocupan y no los ofrecen a las personas a quienes se les debe dar preferencia. De hecho, ya pasó de moda ceder el asiento a una dama o a un anciano. Antes así se hacía, y sin necesidad de avisos o señalética de por medio. Cuestión de educación o valores, decimos los de antaño.

En vista de lo anterior y como usuario frecuente del Va y Ven, propongo que el Imdut haga una campaña para concientizar a los usuarios del transporte urbano, con énfasis en el respeto de esos asientos exclusivos. Podría hacerlo como cuando se fueron incorporando las unidades y subían empleados con chaleco verde del Instituto a informar a la población de las nuevas características y funcionamiento de los modernos camiones, así como distribuir dípticos o trípticos.

Esto puede incluir otras recomendaciones para optimizar el servicio y que, como dice el Imdut, “las y los yucatecos tengan un transporte público de calidad, a la altura de lo que merecen”.

Anexo “1”

Orden, respeto, educación

Nadie ocupa el camarote del comandante cuando no se encuentra a bordo, tampoco la litera del compañero o el salvavidas que no se le tiene asignado. En los barcos de la Armada, cada quien sabe el lugar que ocupa, no sólo en el organigrama, sino también el que le corresponde en los zafarranchos, al desembarcar en una lancha, cómo caminar a bordo, las medidas preventivas en las faenas, e incluso las acciones que no se pueden realizar o están restringidas. Orden, disciplina y respeto privan en la Marina… y así debiera ser en todos los actos cotidianos.

Ceder el lado de la acera al caminar con una dama era signo de atención y caballerosidad, hoy casi en desuso. Pocos dan la mano a una mujer al descender del autobús, ya no digamos ceder el asiento. ¿Cuándo se perdieron estas conductas y buenas costumbres?

No todo está perdido, yo he recibido atenciones de estudiantes muy jóvenes, que me han cedido el asiento. Lo he hecho con alguna mujer embarazada o incluso con alguien mayor que yo. Nada cuesta ser empáticos, atentos y educados con los demás. Eso dice mucho de nosotros, como personas y como comunidad.

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