Cuando un buque de la Armada zarpa para desarrollar una orden de operaciones, o una unidad de Infantería de Marina es enviada a realizar algún operativo o misión específica, previamente se han consumido varias horas en la planeación, avituallamiento, logística, comunicaciones, etc. Hay en cada acción –lo hemos comentado en otros Acaecimientos– un Procedimiento Sistemático de Operación (PSO), que prevé diversos escenarios ante cualquier eventualidad, para aminorar riesgos, en la medida de lo posible y cumplir las órdenes.

En el proceso de cumplimentar las operaciones suelen presentarse acontecimientos que se documentan e informan al alto mando, quien decide si se incorporan al acervo de la institución naval, para optimizar los PSO. Así debería ser en casi todos los aspectos de la vida, de la convivencia en sociedad y de parte de los gobiernos: siempre debemos tener planes y programas actualizados para saber cuándo, qué y cómo hacer determinada tarea para salvaguardar nuestra vida y patrimonio, y eventualmente apoyar a nuestras autoridades.

En el contexto del reciente paso del poderoso huracán “Milton” cerca de costas yucatecas, se hizo evidente que ha permeado la cultura de prevención en materia de protección civil ante este tipo de fenómenos naturales que, lamentablemente, siempre causan severas afectaciones a las comunidades más vulnerables, pero también nos dejan nuevas experiencias y enseñanzas para prepararnos mejor en próximos eventos de esta naturaleza que nos toque vivir.

En el plano político, el partido oficial reconoció que hay una serie de errores en la reforma al Poder Judicial de la Federación, que entró en vigencia el pasado 15 de septiembre, y que ya trabajan para corregirlos. El coordinador de la bancada de Morena en la Cámara baja, Ricardo Monreal, dijo que “vamos a resolver pronto” las contradicciones que presentan los artículos 94 y 97, que se refiere a la elección de ministros de la Suprema Corte de Justicia, tanto en el periodo en el cargo como en el proceso de elección, que corresponde al INE y enfrenta un gran reto.

Es claro que ninguno de los legisladores que votaron la iniciativa de reforma la leyeron –ya no digamos que la analizaron porque todo fue en fast track–, pues de haberlo hecho se habrían dado cuenta de que, en los artículos de referencia, hay una contradicción, ya que la o el ministro presidente de la SCJN durará dos y cuatro años, según cada numeral; y en un caso será seleccionado según la cantidad de votos que tuvo en la elección, y en el otro, los ministros elegirán a quien lidere el máximo tribunal del país.

Desde luego, tampoco los partidos de oposición en el Congreso se percataron de esto; fueron los propios diputados de Morena que lo hicieron cuando se abordó el tema de las leyes secundarias enviadas por la titular del Poder Ejecutivo, quien reconoció que la reforma “no había sido revisado previamente”, aunque el proyecto fue discutido en comisiones, votados en el Congreso de la Unión y en los congresos locales. Y nadie leyó siquiera el texto, pero sí hubo polémica, controversias, dimes y diretes y jaloneos.

La lección es que, cuando se hace a las carreras, algo sale mal. Pero se arregla con una reforma más a la Constitución. Tan fácil como eso.