Nuevos Sectores Navales
Daniel Uicab Alonzo: Nuevos Sectores Navales.
La Marina ha navegado a gran velocidad desde finales del siglo pasado, y con máquinas todo avante en las últimas décadas. Hoy su ámbito de competencia se ha extendido, como dice una canción marinera, “más allá de las playas”, pero hacia territorio continental. Mientras que sus efectivos se han multiplicado al tener la institución naval más responsabilidades, como consecuencia de su crecimiento vertiginoso.
Como muestra de ello, el pasado 6 de diciembre, el nuevo titular de la Secretaría de Marina, Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, emitió el decreto 06/12/24, por el que, además de la reorganización de los mandos territoriales, se crean cuatro sectores navales que estarán ubicados en Punta Colonet (Baja California), Altata (Sinaloa), Puerto Vicente Guerrero (Guerrero) y Paredón (Chiapas).
Además, dejó sin efecto el Acuerdo 151/2024 del 30 de julio pasado emitido por su antecesor, el almirante José Rafael Ojeda Durán, que, entre otras cosas, cambió la denominación de la Zona Naval de Yukalpetén, Yucatán, de Novena a Décima Tercera; pero ahora, con el nuevo Decreto de la semana pasada, vuelve a ser la Novena. En este mando territorial, hace 36 años arribamos desde Chetumal para desempeñar el cargo de Jefe de la Unidad Coordinadora del Presupuesto Armada (UCPA), y en tan sólo dos años (1989-1990) tuvimos a cuatro comandantes.
En 1988 nos tocó vivir ahí, en la IX Zona Naval, los estragos del poderoso huracán “Gilberto” y participar en las labores de auxilio a la población. Progreso tenía entonces un Sector Naval donde dos yucatecos se relevaron en el mando: los contralmirantes Miguel Ángel Núñez Euán y Pedro Santos Caamal. También, en 1989, vivimos en Yucatán un hecho inédito: la celebración del Día de la Armada, el primero de julio, algo que pocos recuerdan y creo que únicamente ese año se celebró, siendo gobernador Víctor Manzanilla Shaffer, quien emitió un decreto para tal efecto. El tema lo abordaremos en otros Acaecimientos.
Volvamos al Decreto recién aprobado por la Semar. Ahora, la Armada de México cuenta con: un Cuartel General en la Ciudad de México, dos Fuerzas Navales (una en el Pacífico y otra en el Golfo de México y Mar Caribe), 8 Regiones, 17 Zonas e igual número de Sectores Navales –incluidos los cuatro de reciente creación, que aún no entran en funciones– en ambos litorales. Además de sus unidades de superficie (buques), aéreas (aviones y helicópteros) y de Infantería de Marina, así como dependencias de sanidad naval, y los planteles de la Universidad Naval, para lo cual requiere de un gran estado de fuerza operando en el mar, en la tierra y en el aire.
A manera de contexto, actualmente, en el Golfo de California, prácticamente en cada puerto del también llamado Mar de Cortés hay sectores navales; Y Puerto Peñasco y Huatulco ya tienen Zona Naval. Pero la presencia de la Marina no sólo implica una mayor operatividad para cumplir con su misión de vigilar los mares y costas nacionales, así como el mar patrimonial, sino también para garantizar el Estado de Derecho, la seguridad de la ciudadanía y brindar auxilio en casos y zonas de desastre.
Anexo “1”
Cochinita en Puerto Peñasco
En 1976, sólo había una partida de Infantería de Marina en Puerto Peñasco, Sonora, que era parte de nuestro itinerario en las operaciones “Bermejo” que nuestro Guardacostas, de base en Mazatlán, desarrollaba periódicamente. Poco había que ver en ese entonces en sus calles polvorientas, pero la gente era muy amable con los marinos que bajábamos a conocer la comunidad, su nivel de vida no era tan precario. Eso sí, les gustaba el beisbol, como a la mayoría de la gente del norte.
En una ocasión se nos permitió desembarcar a quienes estábamos francos, utilizando la lancha ballenera, pues nuestro barco se mantenía anclado. Llegamos al muelle y de ahí a conocer ese puerto pesquero donde había una colonia de “gringos” en campers y un hotel como en el desierto, el “Villa Granada”. Abundaba la “fayuca”, aunque casi no era de nuestro interés, porque en esas travesías también arribábamos a La Paz y ahí nos surtíamos.
Al llegar al pequeño centro de Peñasco, cuál fue nuestra sorpresa al ver a un señor que vendía tacos de cochinita y horchata en un pequeño local en una calle con tiendas de artículos extranjeros. No recuerdo bien a bien las palabras que intercambiamos con el paisano, lo que sí, es que varios compañeros le entramos a esos tacos que nos recordaron el terruño. El comentario jocoso fue que, hasta en el puerto más lejano encontrábamos un yucateco.