Progreso, en la ruta del progreso
Daniel Uicab Alonzo: Progreso, en la ruta del progreso.
“Si quieres construir un barco, no hagas que los hombres recojan madera; dividir el trabajo y dar órdenes. En su lugar, enséñales a anhelar el vasto e interminable mar” (Antoine de Saint-Exupéry).
El inicio de las obras de dragado (no inauguración, como citó algún despistado funcionario) y mantenimiento del Puerto de Altura de Progreso, se puede equiparar al programa Marcha al Mar emprendido en el gobierno del presidente Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), con el objetivo de llevar a las zonas costeras los excedentes de la población del altiplano, lograr un aprovechamiento sustentable de los recursos marítimos y la creación y mejoramiento de 70 puertos.
Fue ese un gran plan que posibilitó el despegue de las cooperativas pesqueras, se creó la Comisión Nacional de Pesca, se privilegió la investigación y vino el auge de escuelas como los Cet del Mar y las Técnicas Pesqueras. Pero, como ocurre con los planes sexenales, esa marcha se detuvo y entró en una especie de letargo. Deseamos que eso no ocurra con el primer puerto yucateco, que ya merece hacer honor a su nombre. Particularmente, que ese progreso anunciado, vía obras de infraestructura que generarán “más empleos mejor pagados”, realmente llegue a los hombres de mar no sólo los progreseños, sino de toda la costa yucateca.
En el anuncio, el pasado viernes, el titular de la Semar, almirante Pedro Raymundo Morales Ángeles, afirmó que este proyecto generará beneficios económicos para las comunidades costeras, brindando oportunidades de desarrollo para la población, especialmente los jóvenes, y que Progreso se convertirá en un importante centro comercial, turístico e industrial que fortalecerá el vínculo con Estados Unidos. A su vez, el gobernador Joaquín Díaz Mena resaltó la inversión histórica de 7,900 millones de pesos, resultado de la colaboración entre gobiernos federal y estatal y la iniciativa privada, y que con ello se aseguraba “un impacto positivo para las generaciones presentes y futuras».
Ojalá así sea, porque, de no llegar ese desarrollo al sector pesquero, habría un gran contraste entre lo que convertirá a Progreso en uno de los diez puertos más importantes del país (uno de los objetivos) y el rezago social. Sólo imaginemos el arribo de grandes buques (no tan gigantescos como siempre se menciona) y lujosas embarcaciones de recreo surcando las aguas al lado de viejos barcos de madera o lanchas ribereñas obsoletas.
Sin duda, soplan buenos vientos para Progreso, que ahora sí hará honor a su nombre, y también para Yucatán.
Los expertos
Y hablando de la sinergia entre gobiernos e iniciativa privada, a mediados de diciembre pasado, la delegación Yucatán de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), que preside el Ing. Raúl Monforte González, encabezó una mesa de trabajo para impulsar la Ampliación y Modernización del Puerto de Progreso.
Ese encuentro reunió a actores clave del sector público y privado, asociaciones y expertos; entre ellos, el capitán de altura Pablo Mijangos Romero (presidente de la Asociación de Marinos Mercantes de Yucatán), ex capitán de puerto de Yukalpetén y Progreso, con más de tres décadas de singladuras, una vasta experiencia en el pilotaje por los mares del mundo y testigo del inicio de la ampliación del muelle, a finales de la década de los 80. Sin duda, “un viejo lobo de mar”.
Es hora de que los gobiernos echen mano de los expertos, los que saben de este tema, para evitar desatinos como los de un funcionario del anterior Gobierno estatal. Y es que, como dijo Edward Gibbon: “Los vientos y las olas están siempre al lado de los navegantes más expertos”