¿Cómo parar mi ansiedad?
David Ojeda Correa: ¿Cómo parar mi ansiedad?.
Muchos piensan que la ansiedad es un problema emocional y me refiero incluso a colegas médicos y psicoterapeutas que, aunque se supone son conocedores del tema, aún están un poco confundidos. En especial en nuestra Península, donde la tasa de suicidio es enorme y uno de los factores es el desconocimiento, tan es así, que muy pocos entienden la diferencia entre un trastorno, una emoción y un sentimiento, incluso, confunden la diferencia entre un psicólogo, un psicoterapeuta y un psiquiatra, pero eso será tema de otra ocasión. Si para los colegas es complicado entender la ansiedad, no puedo imaginar cómo será para quienes la sufren, mientras buscan ayuda contándole a algún conocido, quien a su vez responde: “tranquilo, piensa en otra cosa”, como si de esa manera pudiera vencerse a la ansiedad.
Como ya he comentado en esta columna, los trastornos de ansiedad abordan la reacción desequilibrada de sustancias químicas de nuestro cerebro a los detonantes o situaciones de nuestra vida. Quitar el detonante no elimina la ansiedad, pues no es la causa de la misma y siempre llegará otra situación que actúe como detonante y haga que regrese. La única manera de vencer al trastorno es por medio del entendimiento de estos detonantes, del aprendizaje de nuestras herramientas para vencerlos y del conocimiento de nuestro ser; lo anterior únicamente se logra con terapia, al tiempo en que las medicinas funcionan como un “mientras tanto”, ya que la psicoterapia suele ser prolongada. Sin la terapia, las medicinas no servirán para siempre.
En lo que sacas una cita y encuentras a un terapeuta con el enfoque y las características de tu agrado, te comparto algunas ideas para apaciguar la ansiedad de manera momentánea al presentársete una crisis. Lo primero es no creer que pensando en otra cosa se te va a quitar, sino hacer conciencia de que lo que estás sintiendo no te va a matar y que eres capaz de ignorar esas sensaciones, y que por medio de ello van a desaparecer por sí mismas.
Segundo, cambia bruscamente de actividades, por ejemplo, si estás durmiendo y la ansiedad te despierta, puedes tomar un baño con agua fría que apague el incendio: ¡modifica tus sensaciones!
Tercero, comunícate con una persona que sea de tu confianza, no le pidas que te entienda, quizá no lo hará, pero pídele que te escuche, aunque no hablé, solamente cuenta lo que sientes.
Cuarto, siéntate en una mesa tocando con los pies descalzos el piso, esto te ayudará a recordar que estás en el aquí y en el ahora, mientras escribes en una hoja todas tus emociones a la par que respiras profundo y prolongado.
La quinta opción es hacer ejercicio, de tal manera que tu ritmo cardiaco supere los 120 latidos por minuto, manteniéndolo por al menos 10 minutos y luego detente de golpe, toma asiento y has conciencia sobre lo que tu cuerpo siente, recordando que es una relajación normal del organismo. Vencer el miedo no es fácil, pero tampoco es imposible. Vale la pena ser feliz y para ello acude a profesionales en el área, vence los prejuicios, vale la pena vivir y hacerlo bien