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Hace unos días llegó a la pantalla de Netflix la película “Mis dos vidas”, que tiene como protagonista a Lili Reinhart (ya conocida por su participación protagónica en “Riverdale”), Danny Ramírez, David Corenswet y Aisha De, entre otros. Este largometraje fue dirigido por Wanuri Kaihu y cuenta con un guion de April Prosser.

Esta cinta narra la historia de Natalie (Lili Reinhart), cuya vida -en vísperas de su graduación universitaria- se divide en dos realidades paralelas: una en la que queda embarazada y debe afrontar la maternidad como joven adulta en su ciudad natal de Texas, y otra en la que se traslada a Los Ángeles para seguir su carrera profesional.

Hablar de esta propuesta cinematográfica es enfrentarse a un tema ya bastante conocido. Podemos clasificarlo como un drama juvenil que trata de ser fresco, pero que termina siendo uno más. Nos ofrecen dos historias, como mencionamos en la sinopsis, una donde Natalie sigue su carrera y la otra, donde es madre.

El guion no es bueno, pues nos hace pensar en que la maternidad y la superación profesional no pueden ir de la mano. No nos presenta una historia fresca y tampoco logra atrapar al espectador. Los diálogos no captan las esencias de los personajes y tampoco permiten que tengan un correcto desarrollo.

Las actuaciones tampoco podemos calificarlas como buenas (aunque como sabemos, para poder hacer un buen papel, es necesario tener un buen guion), pues ninguno de los actores y actrices logra enfrascarse en el personaje que les corresponde. Lili es una intérprete que ha captado la atención en los últimos años y que ha formado parte de proyectos importantes tanto cinematográficos como televisivos. Sin embargo, en esta ocasión, sí deja mucho que desear.

La fotografía tampoco es notoria, justo como la banda sonora que nos ofrecen, entonces, podemos decir que ni siquiera en esa parte está “la fortaleza” del proyecto.

En definitiva esta historia no es algo que deba recomendarles, pues no es buena, no tenemos una gran banda sonora, ni una fotografía que pueda reconfortarnos. Es un drama juvenil que logra desarrollarse por completo, que cae en temas clichés y que tampoco explota las capacidades de su reparto. En definitiva se debe dejar de representar a la maternidad como un enemigo de la superación profesional de la mujer.

Calificación: una estrella y media.

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