El imperialismo está esquizofrénico y sus perros no dejan de ladrar: Boris Johnson, Joe Biden, Vladimir Putin, Claudio X. Por el surgimiento de nuevas fuerzas sociales: ciudadanos en Latinoamérica y países en Eurasia, latinoamericanos viven un momento de liberación con gobiernos populares y China encabeza el nuevo orden geopolítico, junto con Rusia, con lo cual “se divide el mundo”: Estados Unidos/Europa versus China/Rusia.

Como ahora sabemos, Rusia y Ucrania, países eurasiáticos, poseen enorme potencial de productos básicos para la economía mundial: petróleo, gas, cereales, fertilizantes, que no tiene Estados Unidos ni la Unión Europea, de ahí el enorme interés del gringo viejo por intervenir esa nación, en 2014, en vez de aprovechar el libre mercado que tanto defienden.

Como el capital chino está penetrando con sus negocios en países latinoamericanos, para completar sus guerras armadas en naciones asiáticas, como Ucrania, Afganistan o Siria, el capital de Estados Unidos intentó unificar al continente americano a su favor, pero la ausencia de México, Cuba, Venezuela y Nicaragua, y la digna actitud de Argentina y otros países, negó esa posibilidad.

Ante ello, el fantasma del fascismo recorre Occidente: Rotchild/Netanyahu/Morgan/Soros/Le Pen/VOX/Brozo/Lili Téllez /Enrique Krauze/PAN/ Trump/Loretito/multimillonarios de empresas transnacionales/Internet/Prensa/Iglesia Católica… atacan -un día y el otro también- al pueblo humilde de México, cuando pretenden “dirigirse al Presidente”, quien, a fin de cuentas, también forma parte de la clase de los de Arriba.

“Chairo”, “descamisado”, “vulgar”, “no se sabe sentar frente al (Todopoderoso) Presidente de Estados Unidos”, es un “atrevido” por tomarse más tiempo del debido, “su corbata era verde”, “es poco serio”, nos arriesgó ante el Tío Sam por no lamerle las nalgas a Biden…, son nimiedades si las comparamos con lo positivo del viaje al “país de las maravillas”.

¿Alguien ha mencionado, en este apocalipsis caótico, en el viaje de Obrador la palabra dignidad? Después de Lázaro Cárdenas (nacionalización del petróleo a las empresas norteamericanas que nos vendían caro gas y gasolina) y Adolfo López Mateos (nacionalización de la industria eléctrica a consorcios extranjeros), todos los presidentes actuaban como verdaderos lacayos de los gobiernos gringos, representantes de intereses económicos de transnacionales explotadoras.

En vez de eso, Obrador fue de estadista con propuestas para México y Centroamérica: inversiones para naciones centroamericanas generadoras de empleo; visas norteamericanas de trabajo para indocumentados centroamericanos y del Caribe, para evitar migrantes; libertad absoluta al periodista australiano Julian Assange, llegando a Estados Unidos, como defensor e la democracia; gasolina barata para norteamericanos en la frontera…

O prefería la derecha solamente aceptar inversiones de empresas depredadoras de recursos naturales: selvas, aguas, flora y fauna silvestre, maquiladoras explotadoras que han contaminado nuestros cuerpos de agua dulce, degradando la naturaleza en Yucatán.