Los dzulo´ob y la medalla “Eligio Ancona”

Edgar Rodríguez Cimé: Los dzulo´ob y la medalla “Eligio Ancona”.

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En los últimos años, la medalla “Eligio Ancona”, premio de la Universidad Autónoma de Yucatán, ha pasado aprietos para designar recipiendario: “yucateco con méritos en la cultura y las artes”, por lo cual en 2018 y 2019 se adjudicó a personajes sin brillo en estos ámbitos, y en 2020 y 2021 fueron declarados vacíos. Ahora, se le confiere al escritor Roldán Peniche Barrera.

Cabe aclarar que en el siglo XXI se reconocen tres tipos de “cultura”: “occidental”, la traída por los españoles en el siglo XVI y reproducida por los dzulo´ob (criollos y mestizos) en la educación; “maya”, “indígena” o “materna”, la vivida en los pueblos de Yucatán; y “urbana”, producida por los sectores juveniles de las ciudades. ¿Por qué no se considera a los creadores de cultura “maya” y “urbana” -cuya obra ha alcanzado niveles internacionales al ser expuesta en otros países latinoamericanos, europeos o asiáticos- como posibles recipiendarios? ¿Por racismo o simplemente porque la desconocen los jurados?

En 2018 el Gobierno priista otorgó la medalla a conocido personaje que en 1980 le sirvió para reponer al depuesto director de la Escuela de Economía de la Uady que inauguraba su plan de estudios neoliberal, eliminando materias que criticaban el desarrollo capitalista, ante el alumnado que “tomó el plantel” para protestar por esa imposición. Raúl Vela Sosa sustituyó al director corrido por los alumnos, luego de la represión de los porros para quitarle el colegio a los estudiantes. En 2019, con el Gobierno panista, el elegido fue el millonario libanés Roberto Abraham Mafud, que estudió ópera y su máximo logro fue ir hasta China a presentar su tesis (por el contrario, Joel Gónzález, bajista proveniente de la banda de rock Cenizas, desde hace años es contrabajista titular de la Orquesta Sinfónica de Dinamarca). En 2020 y 2021, por la pandemia, las propuestas de la cultura dzulo´ob fueron declaradas “desiertas”, mientras artistas mayas y urbanos continuaban acumulando trayectoria internacional, por si se les llega a tomar en cuenta.

Actor, escritor y director de teatro, Armando Dzul Ek (Oxkutzkab) actuó en dos películas extranjeras sobre los mayas y escribió, además de otros textos, la trilogía “El auto de fe en Maní” (estrenada en esa antigua ciudad maya, en 2008) / “La rebelión de Jacinto Uc de los Santos Canek” / “La guerra social maya de 1847-1901”.

Sol Ceh Moo (Calotmul), con pluma de pájaro Thó, escribe novelas que seducen con su tono feminista los gustos de Occidente y Oriente (América y Japón le han traducido “Chentumeenchu´úpen: Sólo por ser mujer”); es la primera mujer maya novelista, género desconocido en la literatura maya clásica; actualmente becaria como “creadora emérita” (maestra).

Javier Gómez Navarrete (Akil), profesor jubilado de la Universidad Intercultural de Quintana Roo y narrador, escribió en 2006 la novela histórica “Cecilio Chi”, que fue obsequiada en todas las escuelas primarias de Quintana Roo, donde ejerció su magisterio.

Fidencio Briceño Chel (Tixkokob), doctor en lingüística y traductor del INAH, además de su enorme contribución como sabio maya contemporáneo en ensayos para revistas nacionales y extranjeras y sus textos publicados (algunos multilingües), posee el status de ser “asesor de doctorados y postdoctorados en universidades norteamericanas y europeas”.

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