|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Experimentando trasladarme prescindiendo de conducir un vehículo, observé la eficiencia del transporte “VA Y VEN”. El trato que recibimos discapacitados y adultos mayores es excelente, en contraste de quienes son responsables de calles y banquetas (escarpas) en el primer cuadro de la ciudad, que se encuentran intransitables para quienes tienen que trasladarse en silla de ruedas, o usar andadera o bastón. Ignorancia total o desdén hacia este segmento social que no puede circular por lo menos en el centro de la ciudad, con dignidad.

Es inhumano que no exista como lo había en otro momento, un minitransporte colectivo que pueda mover a estas personas al no poder hacerlo por sí mismas, dado el estado de las calles y lo que es peor, las banquetas. No se toma en cuenta la discapacidad, al poner rampas imposibles de “escalar” y obstáculos como postes y rejillas en el piso, imposibles de salvar. ¿Qué están pensando las autoridades municipales y estatales? Será necesario situar en la explanada de la Plaza Grande unas 15 sillas de ruedas e invitar a las autoridades en presencia de los medios de comunicación, para que intenten conducirlas por las calles y banquetas mencionadas. Caen en una terrible omisión de su compromiso con los habitantes de la ciudad, pues también son observados por los no discapacitados y esto puede costar muy caro. No nos obliguen a esto y menos en tiempo de elecciones.

ENTRE OTRAS COSAS: mis visitas a la UNIDAD DE ATENCIÓN AMBULATORIA (UMAA) del IMSS, me ha dado la oportunidad de fortalecer mi confianza en los servicios médicos del Instituto. Entré a la dirección de esta unidad a poner una queja y para mi desilusión no encontré discusión, sino comprensión de parte del Dr. Ismael Cruz Cano.

Mi queja: se negaron a aplicarme una inyección de mi tratamiento contra el cáncer, porque llegué diez minutos tarde. El doctor, pacientemente, me escuchó, solicitó la presencia de quien me había negado el servicio y escuché la explicación que no tuve la cordura de dar oídos antes: la inyección que me aplicarían decía claramente se mantuviera en refrigeración y yo, sin precaución la llevaba ignorando este cuidado. Me explicaron, mientras no sabía en donde esconderme, que aplicármela en esas condiciones era peligroso para mí y no querían exponerme ante la duda de las condiciones en que estuviera el producto. Solicité reposición del producto en mi clínica, lo llevé en las condiciones adecuadas y fui atendido con calidad humana tan necesaria para todos los que con diligencia nos dan el trato humano que requerimos.

GRACIAS, por los que padecemos enfermedades de este tipo, y no puedo dejar de agradecer al Dr. Javier Balam, Dra. Verónica, Dr. Franco, Yulmy Lizcano, Sr. Brito, y disculpen si no puedo mencionar a algunos galenos más.

Lo más leído

skeleton





skeleton